EL PAíS › LOS MOTIVOS POR LOS CUALES CARLOS MENEM NO QUIERE VOLVER AL PAIS
Amargos recuerdos de Don Torcuato
El ex presidente teme regresar a la cárcel por el caso del contrabando de armas o por acumulación de causas. El autoexiliado.
Por Irina Hauser
¿Por qué Carlos Menem no quiso venir a declarar? ¿Por qué, si en la investigación del juez Jorge Urso los delitos son excarcelables? La explicación no parece estar en la causa de los sobreprecios en la construcción de cárceles, por la que se ordenó su captura internacional. El riojano –él mismo lo dijo– teme pasarse la vida preso y con razón: podrían pedir su detención otra vez por la venta ilegal de armas o por acumulación de juicios, como le pasó a María Julia Alsogaray. Pero diputados peronistas y jueces federales completan el diagnóstico con otra hipótesis: el ex presidente no tolera rendir cuentas ante la Justicia y la posibilidad de enfrentar juicios orales, prefiere presentarse como un perseguido político obligado a pasar el resto de sus días en el exilio creyéndose comparable a José de San Martín o Juan Manuel de Rosas.
Menem prefirió quedarse cercado en Chile (si sale Interpol deberá detenerlo) a presentarse a indagatoria. Dejó que lo declaren en rebeldía y ordenen detenerlo pese a que el gobierno vecino no parece dispuesto a darle asilo político. Optó por desafiar a los jueces argentinos a dar explicaciones en dos causas sobre delitos excarcelables que no implicaban mayores riesgos para él. Una es la de Urso, que lo investiga por fraude al Estado, y otra es la de Norberto Oyarbide, que le imputa omisión maliciosa de cuentas y bienes en su declaración jurada. En este contexto, en el Parlamento y en los tribunales de Retiro se teje un sinfín de especulaciones sobre la actitud del ex presidente:
- Una de las teorías dice que Menem, efectivamente, tiene miedo. Que hay datos de la realidad que lo llevan a eso. Su sobreseimiento en la causa por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia –por la que en 2001 Urso lo mandó preso– no está firme. Lejos de eso, la Cámara en lo Penal Económico estaría cerca de revocarlo, lo que podría volver a determinar su encierro por contrabando agravado, que no admite excarcelación. Los camaristas podrían sacarle el caso a Julio Speroni, que también analiza el posible enriquecimiento ilícito del ex mandatario.
- La acumulación de causas en su contra y la falta de predisposición que mostró con toda clase de excusas (como la fractura en el brazo o el cambio de abogado) habilitaría que algún tribunal decida detenerlo, más tarde o más temprano, por intentar obstruir a la Justicia. A las pesquisas de Urso, Speroni y Oyarbide, se suma –entre las más notorias– otra de Sergio Torres, que llamó a Menem a indagatoria para el 26 de mayo por el traspaso irregular de Parque Norte al Sindicato de Empleados de Comercio.
- En el fuero federal nadie imagina a Menem yendo de juicio en juicio y sentado en el banquillo ante tribunales orales. “Es más fácil parecer un perseguido político”, dicen los funcionarios consultados.
- El riojano especuló en algún momento con que Chile le daría asilo político. Pero las autoridades de ese país dejaron entrever que no había ánimo para eso. Aún así, sus abogados creen que la Corte Suprema trasandina puede llegar a ayudarlo. Apuestan a que no encuentre mérito en la solicitud de Urso y rechace sus fundamentos. Hay antecedentes en ese sentido que, además, muestran que el trámite puede llevar largos meses. Mientras tanto, Menem prefiere quedarse en Santiago, donde puede caminar por la calle tranquilo y presionar por esos pagos con el argumento de que en la Argentina lo hostigan y carece de “garantías judiciales”, un discurso que ayer reprodujo en su nombre su sobrino Adrián Menem.
- Este mapa de las conjeturas jurídicas tiene una lectura complementaria: dice que todo el aspaviento que hace Menem responde a una estrategia política para aparecer como una víctima, como el ex jefe de Estado empujado al exilio por lo que califica como una persecución comparándose con personajes históricos como San Martín o Rosas, o aún con Juan Domingo Perón. Si no consigue recobrar poder a la distancia para volver al ruedo, dice la hipótesis, por lo menos aspira a quedar en losanales de la historia como el ex presidente obligado a pasar el último tramo de su vida lejos de su patria.