DEPORTES › EL ALEMAN GANO EN BRASIL CON SU NUEVA FERRARI
Nunca se puede con Schumi
El favorito era el colombiano Juan Pablo Montoya, pero se equivocó en la largada, y el campeón del mundo no perdonó.
Su hermano Ralf quiso apurarlo en las últimas 20 vueltas, y llegó a menos de un segundo, pero no pudo poner en peligro el liderazgo del piloto de la Ferrari, que se consolida en la punta del torneo. Decepción latina: también abandonó Barrichello.
Por Elmar Dreher
Desde San Pablo
Con su nueva Ferrari F2002, Michael Schumacher triunfó inesperadamente en el Grand Prix de Brasil, disputado en Interlagos, mientras que el favorito y dueño de la pole-position, el colombiano Juan Pablo Montoya, debió resignarse a un quinto puesto. Schumacher le ganó por menos de un segundo a su hermano Ralf –fue la tercera vez que se produce un uno-dos entre los hermanos Schumacher– y se afianzó en el liderazgo del campeonato de conductores, con 24 puntos, al tiempo que revalidó su pretensión de conquistar su quinto título mundial en la categoría.
“No esperaba terminar primero aquí –explicó Schumacher–. Fue una carrera muy apretada, pero lo logré. No fue una cuestión de suerte sino que funcionó bien el nuevo auto y los nuevos neumáticos Bridgestone. Tengo que agradecer al equipo por tener el coche listo para este Grand Prix.”
Schumacher dijo que cuando Montoya lo chocó de atrás no sabía qué había pasado, pero que de todas formas el colombiano se comportó correctamente en la largada. “Nos portamos realmente bien. Pensé que podría pasarlo en la primera curva, pero no funcionó. Entonces me preparé para la segunda, y dio resultado. Después no sé qué pasó”, explicó Schumacher.
Su hermano Ralf se declaró conforme con el segundo lugar: “Yo era un poco más rápido que él en las rectas, pero no logré acercarme lo suficiente. Aunque Michael frenaba a veces un poco demasiado tarde, igual no me hizo el favor (de dejarlo pasar)”, declaró. El campeón mundial, en tanto, describió de este modo el duelo con su hermano: “Sabía que solamente podía pasarme en la primera curva. Por eso no me exigí demasiado, sólo me protegí para que no pudiera superarme”.
Montoya se manifestó decepcionado por su carrera y por una nueva fricción con Schumacher. “Estoy verdaderamente decepcionado de la forma en que la carrera se desarrolló. Aunque igual haya conseguido dos puntos -subrayó amargado Montoya–. Partí en la pole position y tuve éxito en completar la vuelta más rápida. Esta debía ser mi carrera”, se lamentó.
“Cometí un error en la primera curva, esa que permitió a Michael (Schumacher) pasarme. Después intenté rebasarlo, pero me cortó la trayectoria y me tocó. Una vez más, estoy muy decepcionado”, insistió el colombiano.
Otra decepción entre los latinoamericanos fue la vivida por el brasileño Rubens Barrichello, que con el modelo 2001 de Ferrari llegó a estar en la punta, pero tuvo que abandonar debido a un problema hidráulico en su coche. En sus diez presentaciones en Interlagos, sólo una vez Barrichello consiguió llegar a la meta (un cuarto puesto en 1994, con Jordan). “Esto es terrible, pero no hay nada que pueda hacer al respecto”, declaró el brasileño tras su abandono.
El escocés David Coulthard se mostró muy satisfecho de volver al podio de un Grand Prix, después de ser el mejor piloto, de los que no son parientes de los Schumacher, clasificado en el final. “Es fantástico volver al podio, eso es seguro –comentó–. Tuve una carrera verdaderamente dura, pues los dos Renault lograron superarme al comienzo y estuve atascado tras ellos durante 43 vueltas. Finalmente pasé a Button cuando cometió un error y conseguí distanciarme, pero con Trulli tuve que ser paciente y esperar hasta las paradas en boxes”, agregó el piloto escocés.
La nota risueña llegó al final del Grand Prix: Pelé había sido designado para bajar la bandera, pero se distrajo y Schumacher cruzó la línea de llegada sin recibir el tradicional banderazo. “No te puedes distraer, que ellos pasan”, intentó explicar Pelé.