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El hincha de Racing se fue ilusionado, como siempre. La estadística le marca que, como ocurrió en el título logrado en 2001, le ganó a Argentinos en el debut en el Apertura, lo que le genera una expectativa adicional. Pero desde lo racional y lo futbolístico, el equipo no dio tantos motivos para la esperanza. Es que el conjunto de Ubaldo Fillol obtuvo un triunfo 1-0 muy ajustado y deslucido, ante uno de los conjuntos recién ascendidos.
Martín Cardetti anotó el único gol del partido que marcó el retorno del fútbol oficial después de 38 días y que significó el primero en el que se implementó la presencia de hinchas sentados en butacas ubicadas al costado del campo de juego. Además de Cardetti, Racing presentó al arquero Cristian Lu-
cchetti, a los defensores Carlos Araujo y Diego Crosa y al volante Rodrigo Mannara, todos de sencilla producción. Argentinos, por su parte, mostró cinco caras nuevas: Marcos Gutiérrez, en el arco; Carlos Galván, en la defensa; Claudio Marini y Mariano Mignini, en la línea media, y Lisandro Sacripanti –jugó sólo la parte complementaria– en la ofensiva.
La primera parte fue discreta, con pocas situaciones de riesgo y un tímido dominio de Argentinos Juniors que, con un esquema de 3-5-2, pobló la mitad de la cancha y tuvo mejor control de la pelota. Racing, estructurado en un rígido 4-4-2, lució heterogéneo en el aspecto colectivo y recién a los 35 minutos generó su primera ocasión de riesgo, favorecido por una salida falsa del arquero Marcos Gutiérrez en un tiro de esquina, que derivó en una media vuelta desviada de Crosa. En toda la etapa inicial, el local no abandonó la imagen de un equipo previsible, con defensores sin proyección, volantes sin inspiración y delanteros aislados. Argentinos resumió su propuesta en el orden táctico, la prolija administración del balón y la aptitud en las pelotas detenidas.
En el contenido, la segunda parte no varió en el desarrollo, pero sí en el resultado, porque Racing se encontró de arranque con la victoria en una jugada ocurrida a los cinco minutos. Araujo, por primera vez, se proyectó por la derecha, envió un centro al área; Cardetti se anticipó a su defensor y definió desde el suelo, de derecha, ante la salida del arquero. Argentinos respondió de inmediato con un cabezazo cruzado de Sacripanti que desvió Lucchetti y forzó a un cierre providencial de Araujo ante el acoso de Mignini. Pero fue sólo una leve insinuación porque la visita ya no encontraría los caminos para alcanzar el empate ni generaría situaciones de real peligro, más allá de alguna intervención aislada que tuvo Lucchetti.