DEPORTES › DECIDIRA LA COPA SUDAMERICANA CONTRA LOS PUMAS

A la final, Boca siempre va

Le ganó 1-0 a la Universidad Católica en Chile, con un gol de Schiavi, y buscará retener el título que ganó en el 2004.

Con una angustiosa pero merecida victoria en Santiago de Chile, Boca se clasificó para jugar la final de la Copa Sudamericana en fechas a definir contra los Pumas de México, que el miércoles había eliminado a Vélez. Con un gol de Schiavi en el segundo tiempo, el equipo argentino plasmó en el resultado la voluntad por ganar el partido y de esta manera se postergará hasta el miércoles 6 el clásico contra Independiente previsto para el domingo por la 18ª fecha del Apertura, lo mismo que el encuentro Gimnasia-Newell’s.
Boca había hecho la mayor parte del gasto del partido y parecía lógico que se llevara el premio máximo, comparando su vocación por la victoria, no siempre clara en el partido, no siempre fluida en la zona de gestación, casi nunca precisa en el área de las definiciones, pero en general más evidente, con la del equipo local, que no desplegó el fútbol que había mostrado una semana antes en el empate 2-2 en la Bombonera.
Esa diferencia terminó siendo crucial cuando los hinchas de Boca empezaban a desesperarse con el resultado. Tuvo que pasar una hora de partido, una hora en la cual el equipo argentino había hecho un gasto sublime durante 45 minutos (la primera media hora del período inicial y el cuarto de hora transcurrido desde el entretiempo) para que Boca encontrara la justeza que precisaba frente al arco de Buljubasich. Cuando era momento de preguntarse para qué estaba en la cancha Palermo, un goleador que no podía convertir en la parada en la que más lo necesitaba su equipo, Boca encontró el camino, y parte de la responsabilidad estuvo en el delantero.
Los chilenos fueron mucho menos que lo que habían mostrado en Buenos Aires y por eso habría sido menos justificada su clasificación. Conca no jugó ni la mitad de lo que había jugado en la Bombonera, y la actitud general del equipo, desbordado en el arranque, más equilibrado en el final del primer tiempo, era hasta complaciente, como jugando a favor del 0-0 que le caía de perillas.
Parte de esa responsabilidad le recaía al conjunto argentino, que le ahogó la salida desde el principio, buscando la ventaja que tranquilizara, arrinconando a su rival, sacándole la pelota y haciéndole sentir el rigor de los centros. Jugó media hora a todo trapo y se tomó un largo respiro. Palacio había estrellado un pelotazo en el travesaño y Díaz se lo perdió en el final del primer tiempo. Aun cuando la Católica emparejó un rato antes del entretiempo, generó menos peligro.
Hasta que llegó el centro cruzado sobre la izquierda, Palermo pudo ganarle a Ormeño como pocas veces en la noche, devolviendo la pelota sobre el segundo palo. Insúa la alcanzó, fue hasta la raya a la altura del área chica y tiró el centro corto. Schiavi, que se había acercado al área para cabecear, puso la pierna en el medio, desvió la dirección de la pelota y marcó el tanto del triunfo.

U. Católica 0
Buljubasich; Rubilar, Ormeño, Zenteno, Imboden; Fuenzalida, Arrué, E. Pérez; Conca; Rubio, J. Quinteros.
DT: Jorge Pellicer.

Boca 1
Abbondanzieri; Ibarra, Schiavi, Díaz, Krupoviesa; Battaglia, Gago, Bilos, Insúa; Palacio, Palermo.
DT: Alfio Basile.

Estadio: San Carlos (Santiago).

Arbitro: Carlos Simón (Brasil).

Gol: 59m, Schiavi (B).

Cambios: 70m, Núñez por Fuenzalida (UC); 72m, Ledesma por Battaglia (B); 84m, Barros Schelotto por Palacio (B); 89m, Silvestre por Insúa (B).

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Rolando Schiavi celebra su tanto; cerca, Martín Palermo.
 
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