Está claro que la actuación del mediocampo argentino en el partido ante Costa de Marfil no dejó conforme a José Pekerman. Por eso, el entrenador de la Selección continúa probando una variante que produjo en la práctica del martes y que ayer repitió, pero que no sólo significa un cambio de nombres. Si finalmente se produce el ingreso de Luis González por Esteban Cambiasso, como se desprende de los últimos dos entrenamientos, el equipo argentino tendrá una disposición diferente a la que mostró en el debut ante los marfileños, con la vuelta de un único volante central, dos mediocampistas por los costados y el regreso de Juan Román Riquelme a su posición natural de enganche. Mientras tanto, el campamento argentino vio alterada su tranquilidad por una dolencia que sufrió Lionel Messi, aunque el primer diagnóstico revela que la lesión no es preocupante (ver aparte).

“Fue sólo una práctica. Esto no significa nada, ni que ya esté todo decidido.” A pesar de haber completado la segunda jornada consecutiva jugando para los titulares, Lucho González no quiso dar pistas de su presencia desde el arranque ante Serbia y Montenegro en Gelsenkirchen, en el segundo encuentro de la Selección en el Mundial. Sin embargo, a partir de la conducta que ha mostrado José Pekerman desde que juntó al plantel mundialista, la posibilidad del ingreso del ex Huracán y River en lugar de Cambiasso es una posibilidad más que concreta. Más allá de que todas las prácticas de fútbol que llevó a cabo en el Adi Daessler Stadion fueron a puertas cerradas, Pekerman no escondió nunca nada y las pruebas que fue repitiendo luego se trasladaron al terreno de juego. Por eso, si el rendimiento de Lucho lo conformó, la modificación es altamente probable. De esa forma, cuando Pekerman charle en el mediodía alemán con la prensa antes de viajar a Essen, cerca de Gelsenkirchen, tal vez confirme la variante.

Ante ese panorama, el ingreso de González significaría mucho más que un cambio de nombres. Sin Cambiasso, el esquema con doble cinco quedará en el olvido y también habrá diferentes roles para Mascherano, Maxi Rodríguez y Riquelme. Según lo que contó el propio volante de Porto, el entrenador lo colocó en el equipo como mediocampista por derecha. “Me pidió que juegue como ocho, que tenga la pelota y que llegue por sorpresa. Y que no vaya en todos los tiros”, comentó González sobre su labor en la práctica y remarcó más de una vez que el técnico no le garantizó su titularidad. “Yo estoy preparado para jugar, después tiene que ver el entrenador si cree que le puedo aportar algo al equipo”, señaló.

Lo concreto es que ante esta posible variante, toda la estructura del mediocampo argentino cambiará. En principio, el dibujo será diferente al presentado ante Costa de Marfil. Los dos volantes centrales, con Maxi Rodríguez más adelantado por derecha y Riquelme por la izquierda, le darán paso a una línea más clásica de tres mediocampistas y un enganche. Traducido en nombres, González arrancará por derecha, Rodríguez se mudará hacia la izquierda, mientras que Mascherano quedará como único volante de marca. Este esquema le dará más libertad a Riquelme, que ante los marfileños se movió mucho por el sector izquierdo, con obligaciones para la marca, y ahora contará con la chance de desempeñarse suelto, más cerca de su posición natural. “La idea es tratar de recuperar la pelota lo más rápido posible, poder controlar un poco más los tiempos, darle descanso a Riquelme y estar más cerca de Mascherano”, sintetizó González sobre la idea que tiene el entrenador para su función.

Hay otro dato para que la modificación se produzca. A diferencia de la presión y dinámica que tienen los mediocampistas marfileños, Serbia y Montenegro cuenta con una estrategia mucho más cautelosa, con dos líneas de cuatro que difícilmente se desarman. Por eso, desde el cuerpo técnico surgió la idea de una formación algo más audaz, para tratar de empezar a garantizar la clasificación a la segunda ronda.