“Lo único que quiero es que Guillermo gane un par de partidos. Si consigue eso, el resto viene solo.” Así se presentó Horacio de la Peña, el argentino que vive en Chile y que desde ayer es el coach del atormentado Guillermo Coria, que sigue hundiéndose en el ranking mundial –cayó del 33º al 42º puesto, producto de la caída en primera ronda en el Abierto de Polonia, en Sopot– y que protagoniza una campaña tan mala para su capacidad que su flamante entrenador se contenta con un par de victorias para arrancar.

“La gente se equivoca cuando dice que el factor del problema de Guillermo (Coria) es psicológico. Su problema no es su cabeza, sino que es su tenis”, declaró De la Peña. “Me encanta el desafío de Coria y acepté el proyecto porque me gusta meterme en donde otros no pudieron tener éxito o no quisieron”, expresó el ex capitán del equipo chileno de Copa Davis.

“Lo primero que debemos hacer es acomodar su saque y hacerle recordar sus brillantes actuaciones. La idea es llegar en óptimas condiciones al Abierto de los Estados Unidos y que Guillermo esté otra vez entre los mejores tenistas del mundo.”

El santafesino, que sufre una lesión en el cuello, renunció a jugar en Toronto, donde ayer cayó David Nalbandian y ganó José Acasuso (ver aparte). Desde que perdió la final en Roland Garros ante Gastón Gaudio, en 2004, Coria no pudo frenar su caída. Fue perdiendo confianza en todos los aspectos de su juego, aunque fundamentalmente en el saque, y así cedió posiciones en el ranking, cayendo incluso ante rivales muy inferiores técnicamente. Luego de desvincularse de Fabián Blengino, Coria contrató al catalán Josep Perlas y luego de una serie de malos resultados que no pudo revertir llegó otro español, José Higueras, pero los resultados adversos continuaron.

Coria llegará mañana a Santiago, ya que los preparativos físicos, anímicos y de estrategia tendrán lugar en la capital chilena, ya que De la Peña, quien consideró que sería un “fracaso” si su nuevo pupilo “no se mete entre los top-ten de aquí a un año”, se negó a dejar de lado sus compromisos de corto plazo con el tenis local.

“Es un honor que un jugador como Coria confíe en lo que yo sé. Tengo entendido que tiene un par de problemitas que en este momento los siente como enormes”, insistió De la Peña. “Me metí en este compromiso porque estoy convencido de que es uno de los mejores tenistas del mundo. Tengo que devolverle la felicidad, está muy triste en la cancha.”

En lo que va de 2006, Coria jugó 24 partidos, de los cuales ganó 11 y perdió 13, siete de ellos en primera ronda (Acapulco, Munich, Roma, Hamburgo, Bastad, Umag y Sopot, todos en polvo de ladrillo). Los mejores resultados del año fueron semifinal en Amersfoort y cuartos de final en Montecarlo. No jugó los Grand Slams de Roland Garros y Wimbledon: en Australia llegó a tercera ronda.