Domingo, 8 de octubre de 2006 | Hoy
DEPORTES › RIVER RECIBIRA A BOCA EN EL MONUMENTAL EN UNA NUEVA EDICION DEL SUPERCLASICO
El líder del torneo visita a su escolta, en un partido vital para la resolución del Apertura. Ninguno de los dos confirmó la formación. Passarella duda entre Gallardo y Ferrari. Según quién juegue, La Volpe optará entre Franzoia y Dátolo.
Se agotó el tiempo de los misterios. Después de una semana de mucha expectativa, River recibirá esta tarde a Boca, en el Monumental, en una nueva edición, la número 179, del superclásico. El conjunto dirigido por Ricardo La Volpe arriba al trascendental partido con el antecedente de ser el puntero del torneo y con la motivación de saber que un triunfo implicaría sacar una diferencia que, si bien no es indescontable, lo acercaría al tricampeonato. El equipo de Daniel Passarella, escolta de Boca, dejó una pálida imagen en sus dos últimas presentaciones y parece estar lejos del nivel que supo mostró en fechas anteriores.
Más allá de los presentes futbolísticos, el encuentro, como todo clásico, ofrece el atractivo de la eterna rivalidad. Otra de particularidades será el debut en el banco de suplentes de La Volpe en un superclásico. El entrenador continúa sin develar si será Dátolo o Franzoia quien ocupe un lugar en la mitad de la cancha. Si bien con su llegada el equipo evidenció una leve baja en su rendimiento, la heroica remontada ante Vélez y, sobre todo, la calidad de sus individualidades lo transforman en el principal favorito.
En la otra vereda todo parece ser incertidumbre. El conjunto de Núñez desplegó un pobre rendimiento en las últimas fechas y perdió cuatro puntos vitales en la lucha por el campeonato, producto de los empates agónicos ante Colón y Belgrano. Mientras tanto, Passarella también optó por no dar ningún tipo de pistas y anunció que recién confirmará el equipo 20 minutos antes del comienzo. La única duda es la presencia de Marcelo Gallardo desde el arranque. Si el enganche no es titular, su reemplazante será Paulo Ferrari.
El estadio ofrecerá un escenario ideal para el partido. Las entradas están agotadas –la reventa parece ser un negocio muy lucrativo– y la recaudación superará el millón de pesos, según anunciaron dirigentes de River. Los hinchas de Boca agotaron ayer en poco más de una hora las tres mil populares que cedió el club, sumadas a las mil plateas que se vendieron entre semana. De todos modos, ninguno de estos datos será decisivo cuando Horacio Elizondo ponga en marcha el partido. Cada equipo se juega una parada importante en sus aspiraciones por salir campeón. Ser el dueño del clásico y vencer a su eterno rival más que una necesidad se convirtió en una obligación impostergable. Sólo faltan horas para saber quién se quedará con el premio máximo.
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