Decenas de cámaras de periodistas que presenciaban la grabación del programa chileno El Termómetro, de Canal 11, trataban de capturar la reacción de los estudiantes secundarios mientras la presidenta Michelle Bachelet detallaba las medidas del gobierno para mejorar la educación. “Nos teníamos que tapar la cara para que no vieran nuestra reacción. El mensaje de Bachelet no nos gustó para nada”, contó María Huerta a este diario. La jornada del pasado 1º de junio, que culminó con el discurso de Bachelet, estuvo llena de tensión.

Los estudiantes recibieron un llamado de una asesora del Ministerio de Educación, diciendo que el jefe de la cartera, Martín Zilic, quería hablar con ellos. La respuesta fue que la asamblea pingüina discutiría si aceptaban ir a la reunión. La decisión fue finalmente por la negativa, pero un cortocircuito en la comunicación dejó al ministro Zilic esperando toda la tarde en su despacho. Los estudiantes prefirieron presentarse ante las cámaras de televisión. Antes del programa, uno de los periodistas le dio la noticia a Huerta: Bachelet hablaría en cadena nacional a las nueve. “Ahí me cayó la ficha de por qué Zilic estaba tan impaciente por hablar con nosotros”, contó Huerta.