El hombre que mantuvo en vilo al fútbol allá por mayo de 1998 continúa ejerciendo su profesión de abogado. Por entonces, Sergio Ramírez Chagra presidía la Fundación Fair Play, la misma que después cobraría alguna notoriedad por un amparo a que dio lugar el juez civil Víctor Perrotta y que provocó la suspensión de los distintos campeonatos. Desde aquella causa, cree que “se avanzó muchísimo, aunque todavía hay un montón de cosas por mejorar, ya que son fundamentales la educación, la prevención y la unificación del marco normativo”.

Ramírez Chagra aludió a las diferentes legislaciones provinciales y separó a lo que sucede en la Capital Federal del resto del país: “La mayoría de los hechos violentos se registran en Santa Fe, Córdoba, Mendoza y la provincia de Buenos Aires. Parecería que todo es lo mismo, pero no...”

Por su parte, Oscar Ciruzzi, fiscal de Cámara porteño y jefe de una Unidad de Investigación para delitos cometidos en el ámbito deportivo, argumentó en defensa de la Justicia, sobre la que esta semana la emprendieron desde la AFA y el Coprosede: “Nuestra tarea no es la prevención ni la represión. Mi primera reflexión es que la buena actuación de la Justicia no debe medirse por si los individuos que emplean violencia están presos. Y respecto a los comentarios que se han hecho sobre la necesidad de crear un fuero especial, más importante es instrumentar un procedimiento especial para que los juzgados o fiscalías actúen rápido, atestados como están por miles de causas. En los Tribunales Orales, desde la reforma de 1992, o sea hace 14 años, se triplicó el trabajo y la gente es la misma”.