Martes, 8 de mayo de 2007 | Hoy
DEPORTES › PESE A LA POLEMICA QUE DESPERTO LA PRUEBA
Hubo críticas de los pilotos, pero no de los equipos, y en la FIA no habría cuestionamientos. Proponen otras alternativas.
Por Pablo Vignone
Desde Villa Carlos Paz
Con la conclusión del Rally de la Argentina y la tristeza engendrada por el trágico accidente del sábado, en el que un auto participante atropelló y mató a una espectadora en Cosquín, pasó a segundo plano la polémica que había despertado la realización del primer superespecial de la competencia en el estadio de River, pero no sería extraño que la experiencia volviera a repetirse en el próximo año, aunque probablemente con modificaciones. Pese a que fue criticado por el campeón del mundo Sebastien Loeb, de no haber cuestionamientos por parte de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) quedaría libre el camino para repetir la experiencia.
En el mismo momento en que en River unas quince mil personas asistían al superespecial, el jueves pasado, otras sesenta mil ya ocupaban el tramo de Capilla del Monte, que finalmente debió suspenderse (como otros seis) a causa de la demora de un grupo de catorce pilotos en regresar a Córdoba por razones climáticas. Según fuentes del Automóvil Club Argentino, el organizador, la FIA no repartió culpas. El coordinador del Rally, el cordobés David Eli (uno de los propulsores de la idea), dijo ayer que “todo el Rally se revisa” de un año al otro, sin cerrar la puerta a una repetición de la experiencia, que podría hacerse no en el arranque de la competencia sino al final.
En declaraciones posteriores a su triunfo, Loeb no ocultó su desagrado por la decisión de correr en River (“eso no es rally”, afirmó) y mandó un mensaje a los organizadores: “Espero que la lección se haya aprendido”. Pero su jefe, Guy Frequelin, lo desautorizó asegurando que la movida era interesante para promocionar el Rally y que la organización había sufrido “mala suerte” con el clima. En diálogo con Página/12, Frequelin (quien como conductor ganara el Rally en 1981, llevando como navegante a Jean Todt, el actual presidente de Ferrari) sugirió para el año próximo “hacer un show solamente con los pilotos, que puedan charlar con los fanáticos y firmar autógrafos, mientras en una pantalla gigante se pasan imágenes de rally. Pero no hay que trasladar los autos desde Córdoba hasta Buenos Aires; a lo sumo, se puede dar vueltas en la pista con autos de serie”.
Fue uno de los rallies más apagados de los últimos tiempos y generó mucha polémica, aunque los organizadores no excluyeron nunca la posibilidad de repetir en 2008 la excursión porteña.
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