El Milan conquistó su séptima Copa de Europa, se vengó del drama de Estambul en 2005 y esta vez tumbó 2-1 al Liverpool con un poderío físico superior y una noche inspirada de Pippo Inzaghi, autor de los dos goles. El único argentino de la final, Javier Mascherano, jugó un aceptable partido, pero no escapó a la suerte de su equipo y fue reemplazado.

Aquella noche de Estambul, el Milan ganaba 3-0 en el entretiempo, pero permitió la reacción de Liverpool, que en ocho minutos empató el cotejo y se coronó campeón en los penales. Ayer, el Milan se aseguró de liquidar el pleito en los 90 minutos, aunque sufrió un sofocón la final.

Además de Inzaghi, la otra gran figura del Milan fue Paolo Maldini, que a los 38 años ganó ayer su quinta Copa de Europa. Fue campeón con Sacchi, con Capello, con Ancelotti, con Trapattoni, y con todos fue un símbolo del equipo. La conquista le permite igualar en títulos de elite a Alfredo Di Stéfano, que obtuvo cinco de las nueve copas del Real Madrid, entre 1956 y 1960. El record sigue en poder del español Paco Gento, con seis títulos.

En el arranque del partido el Liverpool dejó claro cuál sería su principal arma: la velocidad. El conjunto inglés decidió apostar a la velocidad y movilidad de Jermaine Pennant, ante la experiencia y veteranía de Paolo Maldini y Alessandro Nesta, dejando en el banco al larguirucho Peter Crouch. El Milan pareció encontrarse cómodo en el partido una vez que Kaka pasó a incursionar por el costado izquierdo, ya que en el andarivel derecho se encontraba sin un compañero de ruta y además Javier Mascherano lo tenía bien controlado. El argentino le daba aire al mediocampo del equipo inglés.

Dentro de un esquema de dominio inglés en un partido con pocas emociones, llegó el momento crucial del primer tiempo, justo sobre el final del período, cuando Xabi Alonso derribó a Kaká a pocos metros de la línea del área grande. Andrea Pirlo pateó el tiro libre, pero la pelota caprichosamente golpeó el hombro de Inzaghi y se coló en el arco de Liverpool. La ventaja no era justa.

La justicia la puso el Milan con su actitud más protagonista en el complemento, sumada al nerviosismo de los jugadores del equipo británico, que perdían la pelota y trataban de recuperarla con faltas: así fueron amonestados Mascherano (por falta a Pirlo) y Carragher. Gerrard no pesaba en el desarrollo, el argentino fue reemplazado por Crouch, transformado en carta de esperanza del Liverpool para conseguir el empate y el derecho al alargue, dentro de un partido que no había ganado ni en brillo ni en dramatismo, pero la defensa del equipo inglés cometió un error fatal, al pararse en línea cuando Kaká ingresaba en velocidad con el balón dominado. El brasileño habilitó a Inzaghi con un milimétrico pase en profundidad y el artillero italiano no tuvo dificultades de eludir al arquero Pepe Reina para poner el 2-0 en el marcador.

Liverpool reaccionó con un fulminante contragolpe de Crouch, un disparo que el arquero Dida desvió a duras penas por sobre el travesaño, y la presión dio efecto cuando el holandés Kuyt se encontró con un rebote de la defensa italiana y metió la cabeza para poner el 2-1. Allí reaparecieron los fantasmas de Estambul: ¿volvería a empatar el Liverpool?. Pero faltaban apenas dos minutos y el Milan aplicó la lección aprendida, manteniendo la calma y la posesión del balón para dejar correr el tiempo.

2-MILAN

Dida; Oddo, Nesta, Maldini, Jankulowski; Gattuso, Ambrosini, Pirlo, Seedorf; Kaká, Inzaghi.

DT: Carlo Ancelotti.

1-LIVERPOOL

Reina; Finnan, Carragher, Agger, Riise; Mascherano, Xabi Alonso, Gerrard, Zenden; Pennant, Kuyt.

DT: Rafael Benítez.