El bajo nivel que se está dando en la final de la Liga Nacional de básquetbol entre Boca y Peñarol está siendo ampliamente compensado por la emotividad de los partidos. Como había ocurrido en el segundo juego, otra vez Peñarol ganó en la última pelota para colocarse 2-1 en la serie y recuperar la ventaja de localía perdida en el primer chico. En esta ocasión, el conjunto marplatense se impuso como visitante 58-57 con un doble de Gabriel Mikulas a falta de 17 segundos y con una gran defensa sobre Leonardo Gutiérrez, que falló el último lanzamiento. Esta noche, otra vez en la Bombonerita, volverán a verse las caras a partir de las 21.40 en el cuarto juego (televisa TyC Sports).

“La victoria no me asegura nada”, señaló Carlos Romano, el entrenador de Peñarol, ya con la mente en el partido de hoy. “Boca puede ganar de local o de visitante. Logramos un triunfo importantísimo, pero sigo pensando que la serie será muy larga”, comentó el técnico tucumano, que a pesar del éxito se mostró muy autocrítico con el rendimiento de su conjunto: “Por momentos atacamos como un equipo inexperto”. Igual, al mismo tiempo se mostró orgulloso por la defensa que están exhibiendo sus jugadores. “Volvimos a defender muy bien, algo que nos distinguió a lo largo de la temporada”, sostuvo el entrenador del equipo que logró el mejor record de la serie regular.

Del otro lado, Gabriel Piccato, el conductor de Boca, intentó minimizar los efectos de una nueva caída en los últimos segundos. “Nosotros pensamos en el siguiente partido. Revisamos lo que pasó, pero no nos quedamos lamentando por la oportunidad que no aprovechamos”, indicó Piccato, en referencia a que en el segundo partido Boca dilapidó una ventaja de diez puntos a falta tres minutos y el miércoles no supo cerrar el juego para quedarse con la victoria.

Más allá de la desventaja en el marcador, la confianza de Boca pasa por saber que los tres partidos se jugaron al ritmo que pretende. Por el contrario, Peñarol no pudo lucir el juego de conjunto que lo caracterizó a lo largo del torneo. Claro que el optimismo de los marplatenses radica en que está en ventaja después de haber superado dos momentos límite y que su juego está bastante lejos de su techo.