Desde París

Tres nombres con peso propio –David Nalbandian, Guillermo Cañas y Juan Mónaco– buscarán hoy los octavos de final del Abierto de Francia, del que Gastón Gaudio se despidió en un emotivo y notable partido jugado en la cancha central. Nalbandian es un “peso pesado” por historia, Cañas por presente, y Mónaco por presente y futuro. El rival más duro es quizás el de Nalbandian, porque se trata de Gael Monfils, transformado ahora en la gran esperanza francesa.

“Nunca enfrenté a Monfils. Es joven, duro y fuerte en polvo”, analizó el ex número 3 del mundo, que busca en Roland Garros recuperar su juego y su confianza. El choque será en el tercer turno de la central, que promete estar llena.

Cañas jugará en el escenario más discreto previsto en la programación de hoy, la cancha 7. Todo indica que la organización no fue muy sensible al deseo del argentino de jugar en una cancha más grande, tras haber debutado en la 16. Es cierto que su rival, el belga Kristof Vliegen, tampoco es precisamente una estrella, y Cañas lo sabe. “En los papeles parece mejor enfrentar a Vliegen, pero si le ganó a Gasquet es porque está jugando bien”, dijo el argentino, vencedor dos veces de Roger Federer esta temporada y finalista en Miami.

Mónaco, campeón de dos torneos en 2007 –Buenos Aires y Portschach–, es el jugador argentino más en forma de las últimas semanas. Su rival es el francés Edouard Roger-Vasselin y parte como claro favorito, aunque tendrá el público en contra.

La jornada se perfila entonces más favorable para los argentinos que la de ayer, en la que sólo Juan Pablo Brzezicki logró sortear la segunda ronda mientras Gaudio, Mariano Zabaleta, Diego Hartfield y Gisela Dulko fueron eliminados.

“Estoy muy feliz, muy contento; se está dando todo por lo que veníamos trabajando”, dijo Brzezicki tras derrotar al español Guillermo García López por 7-6 (7-4), 6-2 y 6-0. “Es un torneo soñado”, añadió vistiendo su habitual camiseta de Argentinos Juniors. El español Carlos Moyá es su rival de mañana. “Ahora voy más relajado, disfrutando, porque voy de punto. Y la fe es lo último que se pierde”, añadió el rubio argentino de abuelos polacos, que ganó el premio más grande de su carrera: 39.200 euros.

Hartfield lamentó no haber podido seguir el ritmo físico de David Ferrer, ante el que cayó 6-4, 6-3, 7-6 (7-4). “Estuve break arriba en los tres sets, pero me falta todavía mucho. Hay que ser más fuerte de la cabeza. Y él se apoyó en su físico de manera impresionante”.

La racha de Zabaleta se estrelló con el francés Olivier Patience, 7-5, 6-3, 3-6, 2-6, 6-4. Dulko, en cambio, se estrelló consigo misma: se despidió con lágrimas en los ojos tras perder ante la rusa Alla Kudryavtseva 7-5, 1-6 y 8-6 un partido que tuvo ganado. “Estoy bastante mal”, confesó Dulko, que dispuso de dos match points con su rival sacando 1-5 y 15-40 en el set final y de otro al servir ella con ventaja de 5-4 y 40-30.

Ningún país tiene tantos jugadores en la tercera ronda del cuadro masculino como España, con ocho. Francia cuenta con cinco, Argentina con cuatro y Estados Unidos cumplió el peor torneo de Grand Slam de su historia al caer sus nueve representantes en primera ronda.