Domingo, 4 de noviembre de 2007 | Hoy
DEPORTES › VICTORIA MATA, VICEMINISTRA DE DEPORTE DE VENEZUELA
La funcionaria, que se sumó al partido del presidente Hugo Chávez luego de conducir un programa radial, aclara que el mandatario “siempre le ha dado un apoyo fundamental a toda el área deportiva”.
Por Gustavo Veiga
Victoria Mata enfatiza cada una de sus palabras. Es una mujer que desborda temperamento y se nota. Cuando habla sobre un tema que la apasiona, no es sencillo interrumpirla, porque tiene demasiadas cosas para decir desde su cargo de viceministra de Deporte, en un país donde el deporte, Venezuela, tiene status constitucional. Egresada de la Universidad de Zulia en 1985 con el título de licenciada en Periodismo gráfico, ejerció la profesión, pero sobre todo lo hizo en la radio. Y desde su programa en Ciudad Guayana –”de mucho rating”, aclara– saltó a la política y no demoró en sumarse al partido del presidente Hugo Chávez. Página/12 la entrevistó en la Universidad Iberoamericana del Deporte, ubicada en San Carlos, durante un foro internacional que trató temas de su área como la educación física, la recreación y la salud.
–¿Qué tipo de periodismo hacía antes de ingresar a la función pública?
–Trabajaba en el estado de Bolívar, donde ejercí durante 15 años. Los últimos ocho me dediqué a analizar o informar los hechos del deporte. Soy premio nacional de periodismo 89-90 y cuando lo recibí fue la primera vez que se le entregó a un periodista de provincia. Rompí con el yugo de una distinción que antes sólo era consensuada en Caracas, la capital, y ahora la puede ganar cualquier colega del interior del país.
–¿Su actividad periodística le permitió llegar más rápido a la política?
–Por esas cosas de la vida, en el estado donde yo residía buscaban a una mujer de mi perfil para integrar la Constituyente y me propusieron si quería sumarme. No me resultó fácil decir que sí, aunque al final me decidí. Y así integré el grupo de constituyentes que elaboraron la Carta Magna de 1999.
–¿Cuál fue la tarea que desarrolló?
–De hecho, fui presidenta de la subcomisión de Deportes de la asamblea nacional constituyente. En ella logramos darle rango constitucional al deporte en el artículo 111. Y por primera vez en la historia de Venezuela, lo conseguimos.
–¿Cuándo adhirió a lo que el presidente Hugo Chávez define como la Revolución Bolivariana?
–Después de que estuve seis meses en el proceso que derivó en la Constitución bolivariana, me preguntaron si quería formar parte del partido del presidente. Así salí electa diputada por Ciudad Guayana por un período de cinco años y me reeligieron en 2005 por un nuevo mandato, hasta 2010. Justamente, el año pasado, con apenas un año más de diputada reelecta, el presidente Chávez me planteó el compromiso de participar en el nuevo Ministerio del Poder Popular para el Deporte que se creó en enero de 2007.
–¿Qué organismo se ocupaba antes del área?
–Había un Instituto Nacional del Deporte que llevaba adelante las políticas rectoras y que, aún hoy, con 58 años de vida, continúa como ente autónomo. Aunque, claro, ahora es el ministerio el que marca las políticas. Nosotros lo vamos a reestructurar y cumplirá funciones específicas porque no se justificaría tener un ente potenciado cuando hay otro por encima.
–¿Cuál es el papel que la Revolución Bolivariana le asigna al deporte?
–El presidente Chávez le ha dado un apoyo fundamental desde que asumió su cargo. El lo dice públicamente: consideramos al deporte como el mejor mecanismo integrador para la superación en la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas de un país. Además, lo pensamos también como un vehículo extraordinario para la integración de los pueblos hermanos.
–¿Cómo conviven en su ministerio el deporte social con el deporte de alto rendimiento y también con el profesionalismo?
–Yo tengo a mi cargo lo referido a la educación física y la calidad de vida. Realizamos los juegos indígenas, campesinos, penitenciarios, fronterizos y para discapacitados. También sabemos que hay disciplinas que tienen muy marcado su perfil profesional, como el béisbol, que cuenta con su propia liga y despierta pasiones como en otros países lo hace el fútbol. Consideramos que debe revisarse lo profesional, respetándolo, pero no puede ser que se le brinde un excesivo apoyo al deporte mercantilista. En Venezuela creemos que los clubes deberían constituirse como sociedades anónimas deportivas con fines de lucro, aunque también con una acción social que redunde en beneficio de las comunidades.
–Este pensamiento sobre las SAD, en la Argentina, ocasionaría grandes resistencias. Los clubes son sociedades civiles sin fines de lucro. ¿No le parece contradictoria una propuesta como la de sociedades anónimas deportivas en el marco de una revolución que se proclama socialista?
–En Venezuela, el béisbol tiene muchos clubes profesionales, salvo uno o dos que son fundaciones. Estas sí han resistido transformarse en sociedades anónimas. Y ya sabemos que algunos clubes se amparan en fundaciones para evadir impuestos.
–¿Cómo funcionan en su país, por ejemplo, los derechos televisivos del deporte?
–Durante la última Copa América hubo un acuerdo muy interesante por el cual unos canales venezolanos pagaron derechos de transmisión. No obstante, se logró que los medios del Estado pasaran la reprogramación de los partidos o las entrevistas y el canal 8, el más importante, logró televisar los encuentros.
–O sea, ¿el Estado cumplió un rol activo para que la Copa pudiera verse en todo el país?
–Aquí, el Estado da prácticamente todo, exceptuando el fútbol. Aunque cuando se trata de la selección nacional, también ésta recibe dinero por los derechos de TV. Por eso, si los aportes son públicos, el gobierno tiene la obligación de solicitar la rendición de cuentas, de normar, y eso, lógicamente, ha caído muy mal y lo llaman Estado intervencionista. Así se han manifestado las federaciones de fútbol, atletismo y baloncesto, que sienten una intromisión.
–¿En qué cuestiones?
–Notamos que existe un malestar en federaciones o dirigentes deportivos porque estamos llamando a que voten los atletas, jueces, técnicos, árbitros, hombres y mujeres... Para que, si se hace una mala gestión, pueda removerse a sus autoridades. No puede ser que en un Estado federal tres clubes de béisbol puedan escoger al presidente de una asociación y seis asociaciones elijan al presidente de la federación. En un país de 24 estados, sólo deciden seis. Debe cambiar todo. Estamos hablando de democratizar el proceso eleccionario.
–¿Cómo definiría entonces el modelo deportivo que ustedes quieren llevar adelante?
–Un modelo socialista, bolivariano y con marca venezolana, en el que podamos recoger las experiencias de otros países. El deporte no es sólo el alto rendimiento; es la salud de los venezolanos, su calidad de vida, en la que todos estén incluidos. Estamos hablando de una economía socialista deportiva en la que todos tengan materiales deportivos, uniformes y la capacidad de crear unidades productivas en las comunidades. En la que haya justicia social, como nunca antes hubo en toda la historia del país.
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