El duro golpe de la derrota ante Boca y la inminencia del clásico frente a Independiente parecen haber resquebrajado la solidaridad interna del plantel de Racing, como admitió ayer el delantero Maximiliano Estévez. Con el equipo apenas cuatro puntos por encima de la zona de Promoción, el entrenador Gustavo Costas sugirió que podría dejar su cargo al señalar que “por ahora” va a continuar al frente del equipo y se confirmó que Facundo Sava sufre un desgarro que podría marginarlo del clásico, dentro de tres semanas. “Tenemos que estar más unidos, como pasó en 2001. Es difícil que seamos todos amigos, porque cuando fuimos campeones no lo éramos, pero había buena relación entre todos”, reconoció Estévez. “Acá no sirven los líderes que peguen gritos, o cosas así, sino que hay que tirar todos para el mismo lado”, agregó. El delantero contó que en una oportunidad los más chicos del plantel hablaron con los futbolistas más experimentados para pedirles “apoyo”, sobre todo en las cuestiones económicas. Los juveniles y los futbolistas que menos dinero ganan en Racing sufren los atrasos en el pago de los sueldos y aún no cobraron ni una sola cuota de la prima anual. “Les cuesta llegar a fin de mes”, apuntó Estévez. Costas dijo ayer que “por ahora” va a continuar al frente del conjunto de Avellaneda, aunque subrayó que no tiene “la bola de cristal” y que no sabe lo que va a pasar.