EL MUNDO › PARA BAJAR LA AMENAZA DE UNA INVASION DE TURQUIA AL NORTE DE IRAK

Bush prometió frenar a los rebeldes kurdos

 Por Rupert Cornwell *

La amenaza de una invasión turca a gran escala al norte de Irak parecía estar esfumándose ayer, cuando el presidente George Bush le prometía al primer ministro de Ankara que Estados Unidos haría todo lo posible por parar los ataques del movimiento kurdo de Independencia (PKK) a través de la frontera con Turquía. Las conversaciones eran la culminación de una intensa actividad diplomática por parte de Washington para evitar una ofensiva que crearía caos en lo que hasta ahora ha sido la parte más estable de Irak y en el preciso momento en que la administración Bush afirma que el número de bajas civiles y militares de Estados Unidos está descendiendo en el resto de país.

Las conversaciones de la Casa Blanca entre Bush y Recep Tayyip Erdogan sucedieron menos de 48 horas después de que el PKK liberara a ocho soldados turcos capturados durante una incursión a Turquía el 21 de octubre, en la que doce soldados turcos murieron. La liberación le dio un respiro a Bush antes de la reunión. Pero nada era seguro anoche. Enfrentado al clamor en su país para lidiar con el PKK de una vez y por todas, Erdogan ha dicho públicamente que la “paciencia de Turquía está exhausta” con la guerrilla y que Estados Unidos debía tomar una “acción concreta”. Los funcionarios turcos dicen que aunque la administración clasifica al PKK como una organización terrorista, ha hecho muy poco por detener sus actividades. Consideraban que las conversaciones de ayer eran la última oportunidad de evitar una invasión.

Turquía ya envió unas 100.000 tropas a la frontera iraquí, apoyadas por tanques, artillería y aviones, poniendo a Washington en un dilema. Quiere desesperadamente evitar una segunda guerra en Irak y está igualmente ansioso de no ponerse en contra de su aliado clave, cuya base aérea en Incirlik en el este de Turquía es un punto de tránsito vital para el abastecimiento de las fuerzas estadounidenses en Irak. El mes pasado, Ankara amenazó precisamente con eso después de que un comité del Congreso aprobó una resolución describiendo los asesinatos masivos de los armenios en 1915 como genocidio. En lugar de provocar una ruptura con Turquía, los patrocinadores moderados acordaron postergar el voto total en la Cámara de Representantes probablemente hasta el año que viene.

Mientras los dos líderes se reunían ayer, por lo menos cien manifestantes en las puertas de la Casa Blanca blandían banderas turcas y gritaban “Larga vida a Kurdistán” y “¡Abajo Erdogan!” Anteriormente, Dana Perino, la vocero de la Casa Blanca, señaló que Turquía era un antiguo aliado y que Estados Unidos compartía sus preocupaciones por el PKK.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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