¿No se exaspera hasta el exceso la dimensión de una derrota? La dirigencia de Gimnasia estudia castigar al delantero Luciano Leguizamón por haber cambiado su camiseta por la de Juan Sebastián Verón en el entretiempo del clásico del domingo, que Estudiantes ganó 1-0. Leguizamón les pidió ayer disculpas a los hinchas del equipo del Bosque, explicando que todo ocurrió a causa de un pedido del ex jugador de la Selección nacional, que afirmó, “tiene un sobrino que se hizo hincha de Gimnasia por mí”.

Cuando Baldassi pitó el final del primer tiempo en el clásico platense, los jugadores se prepararon para ir cada uno a su vestuario. Gimnasia estaba en el visitante y muy cerca de la línea lateral, Leguizamón quedó con Verón, tras el silbatazo. Inmediatamente, el delantero y el volante cambiaron sus camisetas. Leguizamón salió caminando y la gente que estaba en la platea empezó a insultarlo. La bronca fue en ascenso. Entonces, Leguizamón metió la camiseta de Verón dentro de su pantalón, sin que se viera. En el vestuario, Falcioni habría retado duramente a Leguizamón, y que algunos compañeros le habrían reprochado su gesto. Pero el atacante salió a jugar el segundo tiempo, aunque terminó reemplazado.

“Habíamos hablado algo (con Verón) antes de empezar el partido; él me dijo que tenía un ahijado que por culpa mía se había hecho de Gimnasia, porque era yo su ídolo, y me pidió si podíamos cambiar la camiseta”, explicó Leguizamón después del entrenamiento de ayer.

“Le dije que la cambiábamos después del partido. Cuando terminó el primer tiempo quedamos cerca y me pide cambiar la camiseta en ese momento, y sin pensar, me di vuelta, me saqué mi camiseta y se la alcancé”, completó el delantero. “Estoy arrepentido, la gente de Gimnasia no se lo merece.”

El secretario de Gimnasia, Carlos Giménez, negó que se fuera a suspender al jugador, pero se analiza aplicarle una multa o desafectarlo del plantel durante los cuatro partidos que restan jugar hasta fin de año, para disminuir el enojo –sobredimensionado por el resultado adverso– de los hinchas. “La gente está indignada”, opinó Giménez. El entrenamiento de la tarde en Estancia Chica estuvo custodiado por la policía para evitar que hinchas ofuscados increparan al jugador.

“Si lo suspenden, no es un buen mensaje cuando hablamos de erradicar la violencia –lo defendió Verón–. No creo que haya querido faltarle el respeto a la gente de Gimnasia. Hoy se vive en esta locura y se agarran de cosas como ésta para justificar tanto una derrota como una victoria”, señaló el volante de Estudiantes, al que Leguizamón responsabilizó indirectamente.

“Cuando me di cuenta no sabía dónde meterme la camiseta, y en seguida me avivé que él había molestado a la gente. No sabía ni lo que había hecho. Es más que entendible lo de los hinchas, porque no lo quieren a Verón, y todas esas cosas. Por eso es que estoy mal, y me siento con un poco de culpa, más que nada con el hincha al que le falté el respeto”, se extendió el delantero, quien dijo creer que, con lo que sucedió, le va a costar volver al equipo titular. “De todas maneras, antes de esto, ya se me estaba haciendo difícil, porque me estaban cuestionando un poco.”