“Es un jugador del calibre de Juego de las Estrellas.” Así, el entrenador de San Antonio, Gregg Popovich, dejó en claro su molestia porque Emanuel Ginóbili no fue invitado a participar del encuentro del pasado fin de semana en Nueva Orleans, pero sobre todo para graficar la increíble actuación, otra vez, del escolta argentino. Apenas ocho días después de conseguir 46 puntos, su segunda marca en la NBA, el bahiense logró su tercer mejor registro en la liga estadounidense, con 44 unidades, entre ellos el doble de la victoria 100-99 sobre Minnesota Timberwolves a 6,2 segundos del final. Pero más asombroso que los puntos que anotó son los tiros que falló: para conseguir 44, Ginóbili necesitó apenas lanzar para 57, lo que marca un promedio de efectividad deslumbrante. Sólo un tiro libre, dos triples y tres dobles no encontraron la red del aro de Minnesota, en el octavo triunfo de los Spurs en los últimos nueve compromisos.

Resulta más sencillo y divertido contar lo que no acertó Ginóbili. Tras convertir cuatro libres en los primeros tres minutos, falló su primer triple a falta de 5m17, para sentarse en el banco por primera vez con esos cuatro puntos del arranque. El siguiente triple errado llegó en el comienzo del tercer cuarto, cuando Minnesota ganaba por uno. Ah, un pequeño detalle: en los últimos 6m30 del segundo parcial convirtió una racha de seis triples consecutivos, para terminar la primera mitad con 26 puntos y dejar el partido empatado 53-53. “Siempre intento buscar el aro... Sentí que quería realizar todos los tiros porque estaban entrando”, contó el bahiense. “Yo quería tener la pelota en las manos, porque me sentía confiado”, sentenció el argentino.

El tercer cuarto fue flojito. Apenas una bandeja pasada para estirar su cuenta a 28. Y el inicio del último no parecía mejor, con dos faltas seguidas y el único tiro libre errado de la noche (convirtió el otro). Pero, como siempre, lo más trascendente se lo guardó para el final. Primero, en tres minutos y medio metió once de los trece puntos de su equipo en ese pasaje (cuatro libres, dos bandejas y un triple), para llegar a los 40 puntos y dejar a San Antonio con cuatro tantos de ventaja (90–86).

El cierre fue el ideal para coronar un partido mágico. Los Wolves se adelantaron 99-98, pero a San Antonio le quedó la última pelota, con 10 segundos para el final. Entonces, Manu recibió de Parker en la mitad de cancha e intentó la penetración por la izquierda, pero Foye le fue negando esa posibilidad. Sobre la marcha, el bahiense cambió de ritmo con una faja y se levantó desde la línea del tiro libre, para anotar limpito el tiro del triunfo, el octavo de los últimos nueve partidos y el séptimo de ocho como visitante. “Manu es un jugador de grueso calibre, del calibre del Juego de las Estrellas. Desde hace tiempo es imparable”, lo elogió el entrenador Popovich, que aprovechó la ocasión para darle un mimo a su dirigido y mandar un mensaje a la liga, que no lo eligió para participar del Juego de las Estrellas del fin de semana pasado. “Cuando atacás siempre es bueno tener a alguien a quien se la puedas dar y verlo embocar. Aunque lleve anotados 40 puntos, él siempre hace las jugadas correctas en los momentos justos”, aseguró Tim Duncan sobre el argentino.

Lo cierto es que Ginóbili completó su planilla con 6-9 dobles, 7-9 triples y 11-12 libres, además de entregar cuatro asistencias, tomar tres rebotes y robar un balón en los 38 minutos que estuvo en cancha. En los últimos diez partidos, todos como titular, el bahiense promedia 25,5 puntos, 5,8 rebotes y 6 asistencias, en poco más de 37 minutos de juego, con casi un 50 por ciento en tiros de tres puntos.

En tanto, Fabricio Oberto volvió a arrancar como titular, aunque cumplió una discreta tarea. En los 18 minutos que estuvo en cancha, el pivot argentino logró tres puntos, gracias a 1-2 dobles y 1-2 libres, capturó dos rebotes, entregó una asistencia y robó un balón. Ahora, San Antonio tiene un record de 36-17 y marcha cuarto en la Conferencia Oeste.