El ATP porteño tuvo una noche inolvidable. En un partido cortado dos veces por la lluvia, David Nalbandian se recuperó de un momento muy complicado para imponerse 4-6, 7-6 (7-5), 6-4 al italiano Potito Starace y clasificarse, por primera vez, para la semifinal de la Copa Telmex, donde se medirá con el vencedor de Juan Ignacio Chela y el español Nicolás Almagro, que jugaban de madrugada. “La verdad que fue durísimo. Eran las peores condiciones para mí. Gané con el corazón y con la gente, que se bancó la lluvia y me alentó siempre. Más que nunca, el triunfo es para ustedes”, señaló Nalbandian, que volverá a ser top ten esta semana.

En el mejor y en el peor momento de Nalbandian, la lluvia se hizo presente y suspendió el partido. Primero, debieron parar cuando el cordobés se había recuperado de un quiebre en contra, sacaba 4-4, 15-0 y se encaminaba para ganar el primer set. Después, tras la remontada del italiano que le posibilitó quedarse con el primer parcial por 6-4, otra vez tuvieron que irse para el vestuario, pero en este caso con el partido cuesta arriba para David: set abajo, 0-1 y el servicio de Starace. Hasta ese entonces, el argentino no había encontrado nunca una regularidad en su juego, y si bien se percibía la diferencia de categoría con su rival, el italiano siempre exigía una pelota más para ceder un punto.

“Vamos rey, vamos rey”, gritaba Diego Maradona con el puño cerrado desde el borde de la cancha. Más sobria, Gaby Sabatini aplaudía. Tanto ellos como todo el público que colmó el Buenos Aires Lawn Tenis se daban cuenta que Nalbandian no estaba en uno de sus mejores días. En el arranque, el cordobés ganó su servicio y dispuso de un punto de quiebre en el primer saque del italiano, haciendo prever un trámite accesible. Pero sólo fue una impresión. Starace comenzó a meterse en el partido y a contraatacar. Así lo quebró en el quinto juego y así superaba al argentino. Tras ese primer bache, el cordobés resurgió, quebró a Starace y cuando estaba 4-4, 15-0 y con el envión tenístico para quedarse con el primer parcial, llegó el primer gran chaparrón, que demoró el juego cerca de media hora.

A la vuelta se vio el segmento más flojo en el repertorio del argentino: perdió rápido su saque y no tuvo respuestas para revertir el set, que quedó para Starace por 6-4. Y el arranque del segundo fue una continuidad del primero. Otra vez Nalbandian nervioso, no encontró primeros servicios como facilitar el trámite de los puntos y nuevamente cedió su saque ante la primera chance. Segundo chaparrón y el cordobés, notoriamente fastidiado, tomó su bolso personal y se fue al vestuario sin esperar siquiera el anuncio de suspensión por parte del árbitro.

Después del largo parate, se vio lo mejor de Nalbandian. Levantado por la gente, el cordobés ganó sin problemas los juegos con su saque y emparejó el resultado al quebrar al italiano en el octavo game. Desde ahí fueron palo a palo, hasta que llegaron al tie break. Allí, el argentino sacó la chapa que marca su ranking para quedarse con el parcial por 7-5 para forzar el último y decisivo.

A esa altura, la gente estaba a full, metida con todo con el cordobés. Y más entero y con más confianza, Nalbandian salió a presionar. Por eso, dispuso de puntos de quiebre en el primer y en el tercer game, pero la garra del europeo lo llevó a superarlos. Sin embargo, ya en el quinto, la tercera oportunidad resultó decisiva para conseguir el ansiado quiebre. Parecía todo resuelto cuando Nalbandian se puso 5-2 con su saque, pero el italiano no se entregó, recuperó un quiebre y puso suspenso. Hasta que en el cuarto match point, su revés se fue ancho y se consumó la victoria de Nalbandian. Entonces, su camiseta transpirada fue a manos de Maradona. El temporal, claro, ya había pasado.

Informe: Mariano Verrina.