Vélez se trajo un punto de su visita a Jujuy, algo que en la previa parecía poco, pero que con el correr de los minutos fue tomando valor y puede cotizar aún más en el futuro. El equipo de Tocalli no jugó bien, terminó con diez por la expulsión de Víctor Zapata pero mantuvo su invicto en el certamen y sigue arriba en la tabla.

Vélez no tiene figuras rutilantes, de esas que vienen de Europa y que pueden generar grandes expectativas. Tampoco tiene un esquema demasiado complicado ni una táctica rígida. Hasta se podría decir que no tiene entre sus once un líder definido o un hombre que por calidad individual gane los partidos solo. Pero partido a partido demuestra que será un rival sólido, que le dará lucha a cualquiera y mientras sigue buscando mejorar extiende su invicto y continúa arriba. Ayer ante los jujeños jugó mal pero no perdió, algo que quizás en el futuro le termine sirviendo.

Al equipo de Tocalli difícilmente lo puedan encontrar mal parado. Siempre tiene como mínimo cinco hombres en situación defensiva: los cuatro de atrás y Bustos, que mete la cola entre los centrales cuando el equipo no tiene la pelota. Del medio hacia arriba intenta ser dinámico. Sena, Zapata y Escudero rotan permanentemente y no les dan referencias a sus marcadores. Lo mismo ocurre con los dos tanques que tiene arriba, que no tuvieron una buena tarde pero que se alternan para pivotear, tirarse a los costados y abrir a la defensa rival.

Enfrente estuvo un equipo lleno de buenas intenciones pero que, por propias limitaciones, sólo se queda en eso. Ramacciotti busca generar juego con Miramontes y Luna en el medio, dos hombres que manejan bien la pelota y dejan arriba a Carranza para desbordar por las bandas y a Miranda para definir en el centro. Por momentos la idea funciona, pero el equipo no tiene gol, llega bien hasta los metros finales pero después no sabe qué hacer. Encima no liga, ya que tuvo una oportunidad clara en el primer tiempo, con dos cabezazos en el área –primero Desvaux y después Miranda– que pudieron haber cambiado la historia.

En el segundo tiempo, Tocalli intentó ser más ofensivo con el ingreso de Ríos, pero como el ex hombre de Independiente no se juntó con Escudero, no cambió mucho y poco a poco el equipo de Liniers comenzó a ver con buenos ojos el punto. Igualmente, casi lo gana en el último suspiro, ya que luego de los forcejeos en el área que derivaron en la expulsión de Zapata (golpeó a De Bruno), llegó el tiro de esquina y Pellerano la bajó pero la tiró por encima del travesaño.