Saúl Laverni, que dirigirá el choque que protagonizarán Tigre y San Lorenzo, confesó haber sentido una “alegría enorme” al ser designado para el encuentro que abrirá el triangular que definirá el campeón del Apertura. “No esperaba el llamado. Cuando me lo confirmaron, lo tomé con mucha alegría. Por eso fui a cenar con la familia, para festejar”, comentó el rosarino que dijo haber tenido “un año difícil, luego del episodio en Jujuy”, donde el presidente de Gimnasia de Jujuy, Raúl Ulloa, lo acusó de discriminación hacia sus jugadores. “Fue muy doloroso. Si yo hubiera dicho eso, tendría que estar afuera del fútbol argentino”, afirmó. Por otro lado, lamentó que los árbitros de la Primera estén siempre “en el ojo de la tormenta”, sobre todo en esta clase de partidos. “Parece que en este país las medidas más antipopulares las están tomando los árbitros. Nadie es infalible”, señaló, en tono de queja.