La felicidad del equipo argentino era evidente tras la victoria. Los jugadores se quedaron celebrando con la gente, que tardó más de 45 minutos en irse. “Oh, Argentina/ es un sentimiento/ no puedo parar” y “Yo te sigo a todas partes a donde vas/ cada vez te quiero más”, fueron los hits elegidos por los más fanáticos, extasiados por la labor argentina. Banderas sobre la cabeza...

Pero, más allá de la euforia por el éxito, el mensaje común que salió de boca de los jugadores fue el de la mesura, conscientes de que sólo se cumplió el primer objetivo de la clasificación para los cuartos de final. “No ganamos nada”, comentó el capitán Juan Pablo Sorin, que aseguró que esa frase no se charló en el vestuario sino que surge de la mentalidad con la que cada uno está afrontando el torneo. “Nadie bajó ningún mensaje. Hay que disfrutar de esta victoria dos días y luego ponerse a pensar en Holanda. Esto es largo”, expresó Sorin, que se fue “muy feliz” por la labor del equipo. “Tuvimos una actuación muy completa, con seguridad defensiva y contundencia en ataque”, indicó el lateral de Villarreal.

Para Lionel Messi, la de ayer será una jornada especial. Es que, a quince minutos del final, Pekerman por fin lo mandó a la cancha y cumplió con su “sueño”, como él mismo explicó. “Siempre pensé en esto. Me voy muy feliz porque además pude convertir un gol, por el partido que hizo Argentina, porque además logramos la clasificación y por ese rato que pude jugar”, señaló Messi, que fue abrazado por todos sus compañeros de manera especial cuando metió ese derechazo entre las piernas del arquero. “Se habían dicho muchas cosas, gente que habló de más, por eso es que mis compañeros me abrazaron de esa manera”, destacó el jugador de Barcelona.