No serán fáciles los próximos días para el DT de Boca, Miguel Angel Russo, quien tendrá que trabajar rápido para que sus jugadores no dejen al equipo con diez hombres y para remontar la situación con Guillermo Barros Schelotto, quien está molesto por no haber sido titular en la madrugada de ayer ante Toluca, partido que Boca perdió por 2-0.

Las últimas expulsiones, incluyendo la de Daniel Díaz frente a los mexicanos, preocupan mucho al entrenador, quien en la semana había charlado sobre el tema con los jugadores. “La expulsión de Díaz provocó el descalabro, cuesta trabajo reponerse con un hombre menos, no es fácil, además sabiendo que el condicionamiento de la altura hace que haya mucho mayor desgaste”, manifestó ayer Russo. Díaz fue expulsado a los 20 minutos del primer tiempo por pegarle un cabezazo a Daniel De la Torre.

La derrota resonó un poco más de lo habitual por la situación a la que llegó Guillermo Barros Schelotto, quien arribó a México con la ilusión de jugar y terminó en el banco, relegado por el juvenil Mauro Boselli.

“Obviamente, el clima no es el mejor después de la derrota. Pero traer mi tema personal acá sería agregarle fuego a algo que tenemos que tratar de arreglar desde el campo de juego”, manifestó el Mellizo desde México, antes de emprender el regreso al país. “Estoy tranquilo y esperando la oportunidad de jugar el domingo, el jueves, el otro domingo, cuando sea. Yo siento que puedo rendir, que puedo ser útil al equipo”, agregó el delantero, que aprovechó para enviarle un mensaje al técnico: “Uno no está para entrar cuando faltan 10 minutos y el partido está definido”.

Frente a estas circunstancias, Schelotto tendría pensado irse de Boca cuando en junio venza su contrato con el club. “Uno va tomando una decisión para cuando termine el contrato. Voy a hablar en el momento justo, ni antes ni después”, acotó el jugador.

El entrenador, por su parte, defendió su posición. “Adopto las decisiones y si tengo que hablar lo hago entre nosotros. Nunca hice públicamente una declaración sobre eso. Sé del amor y del cariño que tiene la gente de Boca por él, pero tomo las decisiones sabiendo el riesgo”, justificó Russo.