Tras cuatro años en la función pública, pero regresado a su lugar de sindicalista, Ricardo Cirielli aseguró ayer que Ricardo Jaime “debería estar preso, al igual que los directivos del grupo Marsans”. De ese modo, el dirigente de APTA, gremio que nuclea a los técnicos aeronáuticos, se distanció del resto de las agrupaciones del sector con un planteo más rotundo y audaz, basado en un hecho histórico: quien fuera su jefe en Planificación terminó aprobando los mismos balances de la privatizada que había impugnado con fuertes fundamentos.

“Jaime, en un país en serio, como decía (Néstor) Kirchner en su publicidad electoral, creo que gente como el secretario de Transporte debería estar con traje a rayas y preso”, dijo Cirielli, secretario general de APTA. “Una persona que después de haberle impugnado tres balances consecutivos al grupo Marsans viaja a España y a la vuelta aprueba los balances de Aerolíneas y ahora dice todo lo contrario, es muy sospechoso”, sentenció.

El sindicalista se refirió así al hecho de que el Ministerio de Planificación objetó los tres primeros balances de Aerolíneas Argentinas básicamente porque Marsans, accionista privado, habría desviado dinero que le dio el Estado español en 2001, cuando transfirió la compañía. Pero por un acuerdo celebrado en Madrid con ese grupo y bajo la bendición de los dos gobiernos, la cartera comandada por Julio De Vido desistió de impulsar esta causa. Entonces, el gobierno local decidió confiar en que los socios privados ejecutarían inversiones imprescindibles.

Pero el hasta hace meses funcionario oficialista coincidió en un punto con la gestión actual. “Se necesitan inversiones, cosa que Marsans no ha hecho... Se ha deteriorado tanto y postergado la reparación y mantenimiento del material que hay que mandarlo al exterior por falta de lugares para repararlo en la Argentina”.