El gobierno nacional anunció anoche la decisión de aumentar las deducciones personales del impuesto a las ganancias para trabajadores en relación de dependencia, elevando el monto vulgarmente llamado “mínimo no imponible” (ganancia no imponible más deducción especial, ver en el cuadro) a 52.200 pesos anuales, equivalentes a 4015,38 pesos mensuales, considerando que se cobran trece períodos (incluido el aguinaldo) en el año. Como, además, por la misma resolución se elevaron las deducciones por cargas de familia, a 10.000 pesos por cónyuge y 5000 por cada hijo, los ingresos no imponibles de un jefe de familia con dos hijos se elevan a 72.200 pesos, equivalentes a 5553,85 pesos mensuales. La elevación de las deducciones en 400 pesos mensuales para el trabajador casado con dos hijos beneficiará más a los empleados de ingresos medios, ya que los que superen los 91.000 pesos anuales (siete mil mensuales) con sus retribuciones netas sólo podrán descontarse una porción menor de las deducciones. Hugo Moyano, secretario general de la CGT, consideró que la medida es insuficiente y se quejó, al mismo tiempo, de que no se quitara la llamada “tablita Machinea”, que limita la posibilidad de bajar el impuesto a través de las deducciones cuando el trabajador supera los 7000 pesos de ingresos netos promedio en el año.

El anticipo del anuncio había sido ya formulado semanas atrás, desde el momento en que la CGT echó a correr la versión de un guiño favorable a la demanda, en ese sentido, que había presentado esa central obrera junto a la CTA. Pero la expectativa del sector sindical, sobre todo de los gremios mejor remunerados, era que el aumento de las deducciones fuese mayor y, sobre todo, que se eliminara la tablita del año 2000, por la cual los sueldos anuales de más de 91 mil pesos pierden la mitad de las deducciones. La misma tabla establece una escala según la cual, a medida que sube el ingreso, es menor el porcentaje de deducciones que se pueden descontar. Hasta llegar a los 221 mil pesos anuales (13.650 pesos mensuales), nivel al cual ya no se permite ninguna deducción. Ni las correspondientes a cargas de familia.

La vigencia de la “tablita” es trascendente, puesto que el impuesto se calcula sobre el ingreso neto de deducciones. Por ejemplo, un trabajador casado, con cuatro hijos, servicio doméstico y un crédito hipotecario por el que paga intereses por más de 2000 pesos anuales (también deducibles), si percibe (neto) 6800 pesos, no pagará impuesto, porque las deducciones superan sus ingresos netos. Pero si en el mismo año el ingreso promedio mensual le aumentara a 7050 pesos, pasará a pagar impuesto prácticamente sobre la mitad de su sueldo (3465 pesos), porque a partir de los 7000 pesos pierde la mitad de las deducciones.

Esta inequidad por una diferencia de menos del 4 por ciento en el sueldo hace de la tablita un componente fuertemente distorsivo. De hecho, los valores fijados en el año 2000 nunca fueron modificados, pese a una inflación acumulada del 110 por ciento desde entonces, conforme datos del Indec. En los cuadros de esta página, se observa claramente la variación en el impacto del aumento de las deducciones, según el trabajador tenga ingresos netos de hasta 7000 pesos o los supere.

La vigencia de la nueva escala de deducciones arranca en el 1º de enero pasado (el impuesto es anual, lo que se le retiene al trabajador por mes es sólo un anticipo de la determinación del tributo que se hace a fin de año). Es decir, que en la próxima liquidación, muchos trabajadores recibirán una devolución por anticipos estimados en exceso.

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, estimó que alrededor de 200 mil trabajadores en relación de dependencia y 42 mil autónomos dejan de tributar por la suba en las deducciones. Otros 600 mil (310 mil empleados y 290 mil autónomos) reducirán el monto a pagar. Al menos, hasta la próxima mejora en sus ingresos.