En 2007, la inversión extranjera directa (IED) en Argentina alcanzó los 6462 millones de dólares, 17 por ciento más que en 2006. En el primer semestre de este año, el monto llegó hasta los 3659 millones. Si se anualizan estos datos, la IED para el país superaría los 7 mil millones. Desde Prosperar, la agencia nacional de desarrollo de inversiones, estiman que la IED se mantendrá estable o subirá motivada en gran parte por la fuerte rentabilidad que obtienen las empresas transnacionales. De todas formas, advierten que la profundización de la crisis financiera internacional abre algunos interrogantes en el desempeño de esta variable.

Según el Informe sobre las Inversiones en el Mundo de la Unctad, América latina registró un nuevo record en 2007: 126 mil millones, un aumento del 36 por ciento. En Sudamérica el incremento fue aun más espectacular, 66 por ciento. Para este año el documento estima que los flujos de IED caerán 10 por ciento por la crisis global, pero el impacto en la región no será tan fuerte.

En la Argentina, las cifras de IED en términos del PIB están en un nivel superior al promedio de mediados de la década pasada. En los noventa, el promedio de IED, sin considerar las privatizaciones, fue de 5300 millones y en esa época las fusiones y adquisiciones representaban cerca del 45 por ciento del total. Ahora, según explicó el gerente de Estrategia y Ambiente de Inversión de Prosperar, Ricardo Rozemberg, “el 30 por ciento representa reinversión de utilidades, el 35 por ciento son nuevos aportes y el resto se explica por la deuda con matrices”.

El funcionario remarcó que, “a diferencia de otros períodos, la inversión bruta interna fija y la IED crecen en paralelo”. Además, consideró que la regularización de la deuda con el Club de París y los holdouts contribuirá a “mejorar el acceso a las aseguradoras y a mercados financieros públicos para que las empresas extranjeras realicen sus inversiones”. Los principales sectores receptores de las inversiones fueron el automotriz, la agroindustria, la minería, la química, la farmacéutica.

Pero la evolución del país en materia de IED es inferior a la de los países vecinos. Si bien el monto total que recibe Argentina aumenta, el país pierde participación en los flujos globales. “Argentina mantiene hace años un nivel de IED entre 5 y 7 mil millones de dólares anuales, cifra similar a la que ostentan países desarrollados como Noruega, Grecia y Portugal”, apuntó Rozemberg, que destacó la importancia de la tasa de inversión y ahorro locales.

Fernando Porta, economista del Centro Redes, explicó que es necesario analizar la calidad de las inversiones. En ese sentido, destacó que en este período “la contribución de la IED a las mejoras en la capacidad productiva y la competitividad son mayores”. En un escenario donde Argentina pretende reinsertarse en los mercados tradicionales de crédito, es necesario mejorar las regulaciones y definir a nivel de política de Estado hacia dónde se desea direccionar estas inversiones.

A nivel global, en el primer semestre de 2008 el valor del las fusiones y adquisiciones fue 29 por ciento inferior que el del segundo semestre de 2007. Las perspectivas para la región y el país son positivas. En la medida en que el precio de los commodities se mantenga en niveles elevados y la actividad económica continúe con tendencia positiva, los flujos de IED hacia países en desarrollo probablemente se mantengan estables.