Los mercados internacionales siguen con su inercia positiva y ahora parece no existir nada que opaque la sonrisa de los inversores. La Secretaría de Comercio estadounidense informó ayer que el Producto Interno Bruto se retrajo 0,3 por ciento durante el tercer trimestre, mientras que fuentes oficiales de la Reserva Federal estimaron que el cuarto también será negativo. De todos modos, las Bolsas cerraron para arriba. A la hora de justificar el comportamiento aducen que se esperaba una recesión mayor en la principal economía del mundo. También ayudaron los buenos resultados de algunas empresas. En Wall Street, el índice fabril Dow Jones ganó 2,1 por ciento y el de empresas tecnológicas Nasdaq, un 2,5 por ciento. Las plazas asiáticas estuvieron lideradas por las subas de Tokio, con un 9,9 por ciento, y Hong Kong, 12,8 por ciento. Europa también finalizó en positivo.

Las perspectivas y las realidades en el mundo no son prometedoras. Sin embargo, cuando el mercado tiene ganas de subir, sube. Todos los indicadores de confianza en la economía de las empresas y de los consumidores europeos, que se conocieron, están en baja. El índice que mide el “humor” en el Viejo Continente cayó a los mínimos de 1993, mientras que la confianza en los servicios tocó un valor inferior al de su creación, hace doce años.

El oscuro pronóstico fue compensado por la decisión del gobierno alemán de lanzar la semana próxima un programa de estímulo económico de entre 20.000 y 25.000 millones euros. La noticia bastó para que siga la escalada. Las alzas fueron encabezadas por Estocolmo, con un avance de 4,9 por ciento, y Madrid, con un 2 por ciento. El principal índice de Milán mejoró 1,5 por ciento y el de Londres 1,2 por ciento, mientras que París tuvo una recuperación de 0,2 por ciento.

La suba en Asia estuvo guiada por el segundo paquete de ayuda económica que lanzó el gobierno japonés para su economía. La medida contempla asistencia directa a las familias, además de otros incentivos fiscales, por un total de 51.000 millones de dólares. Mientras, los bancos centrales de Hong Kong y Taiwán redujeron sus tasas de interés.

El optimismo se trasladó a Estados Unidos, donde las cifras mostraban un serio deterioro de los indicadores económicos. El PIB se contrajo 0,3 por ciento, el primero desde fines de 2007, por el consumo de las familias, que representa cerca del 70 por ciento del crecimiento. Los gastos de las familias retrocedieron 3,1 por ciento a ritmo anual entre julio y septiembre, impulsados por una caída de las compras de bienes duraderos de 14,1 por ciento y de consumo, un 6,4 por ciento, su repliegue más fuerte desde 1950.

Para contener esa caída, la Reserva Federal sigue con su multimillonario rescate. En tres días, la FED compró alrededor de 144.000 millones de dólares en obligaciones de empresas. La absorción se enmarca en el programa dirigido a favorecer el financiamiento a corto plazo.

Entre los datos corporativos, la compañía de teléfonos móviles Motorola informó la pérdida de 587 millones de dólares en los nueve primeros meses del año. La cifra representa cuatro veces más que los 149 millones perdidos en el mismo período del año anterior. La caída es consecuencia de una reducción en torno del 14,7 por ciento en los ingresos de la firma.

Por el contrario, el grupo petrolero ExxonMobil obtuvo nuevamente una ganancia record para una empresa estadounidense. El resultado se alcanzó pese al impacto de los huracanes Gustav e Ike en las instalaciones petroleras de la compañía en el Golfo de México. En el trimestre analizado, durante el cual los precios del crudo alcanzaron records de 145 dólares por barril, la ganancia neta quedó en 14.830 millones de dólares, un alza de 58 por ciento en un año. En América latina, por su parte, el índice Bovespa de Brasil subió 7,5 por ciento, mientras que el Merval lo hizo 6 por ciento (Ver http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-114247-2008-10-31_1.html).