Viernes, 31 de octubre de 2008 | Hoy
ECONOMíA › EMPRESARIOS DE IDEA, INQUIETOS POR EL NIVEL DE ACTIVIDAD Y POR LAS AFJP
En el Coloquio de Idea el movimiento del dólar no preocupa a ejecutivos de empresas, que señalan que la paridad tiene que acompañar el movimiento de la moneda brasileña. Advierten sobre la desaceleración del consumo interno y el impacto de la crisis internacional.
Por Cledis Candelaresi
Desde Mar del Plata
Para gran parte de los hombres de empresas reunidos en el Coloquio de Idea, el tipo de cambio de equilibrio de la Argentina depende de lo que haga Brasil con su propia moneda. En esa especulación de cotizaciones, la mayoría descuenta que el dólar puede estabilizarse un poco por encima de los 3,50 pesos, empinado por la incertidumbre que se importó a través de la crisis financiera internacional y, además, por la que generó la decisión de poner fin al negocio de las AFJP. A diferencia de eventos anteriores, cuando la evolución del billete verde tenía en vilo a los ejecutivos, hoy es sólo un componente más de una coyuntura que inquieta básicamente por lo que consideran un freno al consumo.
El razonamiento patronal sobre ese tema tiene dos ejes comunes. Uno es que el ajuste del tipo de cambio no fue producto de una decisión política para satisfacer reclamos de industriales, sino la consecuencia de una corrida protagonizada por ahorristas e inversores. El otro se refiere a que esta corrección de todos modos se hubiera dado un poco más adelante, pero la decisión de terminar con el sistema de capitalización la apresuró. No habría, en consecuencia, en esa explicación ni lobby sectorial ni golpe de mercado.
El ex director del Banco Central y actual agente de Bolsa, Luis Corsiglia, señaló que existe un valor del dólar ya sugerido por las operaciones a futuro: 3,60 para marzo y 3,78 para junio. “El sistema de flotación administrada es correcto y está siendo bien utilizado”, celebró el ex funcionario para quien el problema es la inoportunidad del anuncio sobre los cambios en el régimen previsional. Idea compartida por el resto de los ejecutivos o dueños de empresa que colmaron ayer los salones del Sheraton marplatense, sede habitual del coloquio.
Amadeo Vásquez, ex presidente de Telecom y del Banco Río y actual “director independiente” de varias grandes empresas, se anima a arrimar un número para “cuando las cosas se estabilicen”: 3,50 pesos podría ser un valor aceptable del tipo de cambio. Pero según advierte el ejecutivo, una depreciación del peso en este contexto de turbulencia e incertidumbre podría ser inflacionario, riesgo que sólo estaría acotado por el parate en el consumo.
Desde el corazón de la industria, Adrián Kauffman, hombre de Arcor y dirigente de la Unión Industrial Argentina, y Cristiano Ratazzi, de Fiat, prefieren no identificar una relación ideal entre la moneda local y la estadounidense, sino citar una condición para el tipo de cambio óptimo: analizar la evaluación del real y la propia economía brasileña, de la que depende un cuarto de las exportaciones locales. “Hoy Argentina tiene precios internacionalmente caros, como en otras épocas, y un dólar relativamente barato: es lógico que quien tiene alguna capacidad de ahorro busque refugiarse en el billete”, opinó el titular de Fiat.
También hay consenso que en un marco de devaluación generalizada en la región es imposible que el peso permanezca sin cambios, más allá de reclamos sectoriales o eventuales problemas de competitividad previos a la crisis financiera. Carlos Tramutola, presidente del Coloquio número 44, considera inevitable esta devaluación a la luz del terreno que perdieron frente al dólar las monedas de países vecinos.
Carlos Leone, ex Acindar y titular de Paraná Metal, señala que está preocupado porque el 90 por ciento de las exportaciones de su siderúrgica van a Brasil y, por consiguiente, la depreciación de la moneda brasileña o el parate en esa economía golpea de lleno en su actividad. Sin embargo, apuesta a que la situación será otra en pocos meses. “El real bajará de 2,40.” Hugo Biolcati, líder de la Sociedad Rural, indicó que “nosotros estamos preocupados por las retenciones. El nuestro es un dólar de 2 pesos y con eso el campo no es viable. No sé cuál es el dólar de equilibrio, pero hay que compatibilizarlo con el de la región”.
A diferencia de situaciones de inestabilidad, el tipo de cambio no es hoy una discusión incluida en el programa de temas macro a debatir y sí la irrita por la estatización del régimen jubilatorio. También inquieta la desaceleración económica. Los camiones Scania que desbordan la playa que Iveco tiene en Córdoba, la reducción en el precio de algunos electrodomésticos que empezaron a aplicar grandes cadenas o la caída del 12 por ciento en las exportaciones que Arcor hace desde cualquiera de sus plantas del mundo son indicios de que la crisis financiera golpea la economía real. “En Argentina caímos menos que en el resto del mundo. Nuestra meta, por ahora, es no despedir personal”, afirmó uno de los directores de Volkswagen.
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