Desde Mar del Plata

La perspectiva para los negocios privados no son buenas para el próximo semestre: habrá un derrumbe de exportaciones, de las ventas en el mercado interno y, por consiguiente, de la inversión. Pero, a pesar de esa adversidad avizorada, sólo el 32 por ciento de los 216 empresarios consultados por D’Alessio Irol disminuirían la grilla de personal, ya que la estrategia más común por ahora es mantenerla. El resultado de la compulsa que periódicamente realiza esta consultora para el foro patronal no está, sin embargo, muy en sintonía con lo que comentan los ejecutivos en los pasillos del Sheraton marplatense, ni con los planteos que hacen algunos gremios ante la cartera laboral, en pro de una medida oficial de amparo contra los despidos.

Según la medición, las expectativas empresarias con respecto a los próximos meses están tan bajas como lo estuvieron luego de la crisis de los mercados asiáticos y el default de la deuda rusa. A la hora de formular un vaticinio sobre el futuro económico, siete de cada diez empresarios consideran que su situación será peor. La negatividad en la visión surge nítida cuando se contrasta el pronóstico que hacían seis meses atrás con lo que vislumbran para el futuro inmediato: en octubre, el 22 por ciento consideró que le fue peor de lo que había previsto, cifra que trepa al 69 por ciento cuando expresan cómo les irá en los próximos seis meses.

Un primer quiebre de expectativas se dio en oportunidad de la crisis del campo. Pero rápidamente el humor cambió hasta este relevamiento, que tuvo lugar a principios de octubre, poco antes de que se anunciara la estatización del sistema previsional.

El futuro inmediato se avizora peor, en particular para los que dependen del mercado externo. Para el 58 por ciento, las exportaciones van a disminuir, pronóstico coherente con la idea expresada por el 86 por ciento, que ven a los mercados del mundo en retracción. A este cierre se le añadiría un aumento de proteccionismo, incluyendo la imposición de barreras paraarancelarias. De remate: el 45 por ciento cree que los precios de venta al exterior estarán por debajo de los actuales.

Pero la mala onda no se limita a los exportadores. Sin distinción de rubro, el 54 por ciento considera que la inversión disminuirá, porcentaje similar a los que están previendo una contracción en sus ventas. Según el responsable de la encuesta, Eduardo D’Alessio, la contracara de esto es que el 68 por ciento de los encuestados declaró su voluntad de mantener la grilla de personal. “Quizá porque están previendo que el ajuste no será tan drástico y que la economía puede recuperarse”, acota Dante Sica, comentarista invitado para la presentación del trabajo.

Los responsables del estudio descartan la chance de que los encuestados tengan algún reparo a la hora de admitir planes de recortes severos de personal, a semejanza de lo que ocurre con los sujetos de la Encuesta Permanente de Hogares que, según saben los expertos en estas lides, tienden a falsear el dato sobre sus ingresos. Aunque generalmente en off the record, las empresas empezaron a admitir la necesidad de achicar gastos en personal comenzando por el plantel de temporarios, o adelantando vacaciones de los estables. Voces que, según la encuesta de expectativas, estarían representadas en el 25 por ciento de las firmas que sí admitieron esta salida.

La compulsa también desnuda la incertidumbre propia del momento. Un indicador claro de esas incógnitas es que si bien el 41 por ciento prevé un encarecimiento de sus insumos para el próximo semestre, otro 17 por ciento estima que éstos van a resultar más baratos.