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En el Ministerio de Economía respiran aliviados cada vez que los datos del Indec no contradicen la idea de que existe cierta recuperación de la economía. Por caso, el indicador de producción industrial de octubre, difundido ayer, “creció” 0,5 por ciento –en términos desestacionalizados– en relación con septiembre. Y esa mínima señal fue tomada por el equipo de Lavagna como una confirmación de que la racha no cambió. “La recuperación viene lenta, pero segura”, dijo a Página/12 Federico Poli, jefe de asesores del ministerio. Los sectores vinculados con la exportación muestran un notable repunte. Pero los volcados al consumo doméstico siguen en el pozo, aunque existe un claro proceso de sustitución de importaciones.
“Octubre fue mejor mes que septiembre”, afirmó, al presentar las cifras, el director de Estadística del Indec, Julio Rotman. “Era un mes difícil para hacer previsiones por la fuerte estacionalidad y por eso es importante ponderar en forma positiva el aumento de 0,5 por ciento”, explicó.
Sin embargo, cuando la comparación se realiza con el año pasado queda en evidencia que en Economía se alegran porque la producción industrial subió apenas un escaloncito desde el fondo del precipicio. La producción industrial en octubre fue 4 por ciento menor a la de octubre del año pasado, cuando la recesión ya era fortísima. Así, entre enero y octubre de este año, la producción manufacturera cayó 13,4 por ciento comparado con igual período del año pasado.
En términos desestacionalizados, en octubre la producción creció (como se dijo, 0,5 por ciento) con relación a septiembre, pero ese mes había caído con respecto a agosto, cuando había aumentado respecto de junio; y así se pueden seguir los rastros de un movimiento oscilante en los últimos meses. “Los datos de producción de los últimos meses muestran un gráfico que es un serruchito para arriba. Hay que ver las cifras trimestrales, que confirman la tendencia positiva”, sostiene Poli. Justamente, el propio Lavagna destacó como el inicio de la recuperación el hecho de que, por primera vez desde 1998, las cifras de producción exhiban dos trimestres desestacionalizados de “crecimiento”. Para el jefe de asesores de Lavagna, “la recuperación viene desde mayo en varios sectores: textiles, metalmecánica, insumos para la construcción, metales básicos, maquinaria agrícola”.
El funcionario está tan convencido de que la reactivación está en marcha, que se anima a cruzar lo que ve en los papeles con la realidad. “En el interior están viviendo una fuerte recuperación. No estoy diciendo que sea una fiesta, pero la situación que se vive es distinta de la ciudad, donde prevalecen los servicios. En el interior, los productores fueron muy favorecidos por el cambio de precios relativos”, asegura.
Cuando la mirada se posa a nivel sectorial, lo que llama la atención es la gran disparidad. Por un lado, hay un grupo de industrias vinculadas con la exportación y/o la sustitución de importaciones que no sólo vienen creciendo fuertemente sino que, además, ya superaron los niveles de producción del año pasado. Es decir, salieron del pozo. En esta situación están los siguientes sectores: aceites, que en octubre produjo 13 por ciento más que en igual mes del año pasado; harina (4,3 por ciento más); yerba mate (7,7 por ciento); tejidos (25 por ciento); hilados de algodón (8 por ciento); petróleo (10 por ciento); y neumáticos (36,9 por ciento), entre otros.
Por otro lado, hay un grupo de sectores que se vienen recuperando lentamente, pero todavía se encuentran muy por debajo de los niveles de producción del año pasado. Es la situación de las industrias orientadas al consumo interno. Por caso, “detergentes, jabones y productos personales”, que creció casi 8 por ciento en octubre, pero aún se encuentra 14 por ciento abajo de octubre del año pasado; productos farmacéuticos (8,5 por ciento de aumento en octubre contra septiembre, y 11 por ciento de caída enn relación con octubre del 2001); automotores; cemento; papel y cartón; y editoriales e imprentas, entre otros.
Las expectativas empresarias, relevadas a través de la encuesta cualitativa que confecciona el Indec, tampoco dan lugar a la euforia, ni mucho menos, en particular en el mercado interno. Así, el 77,1 por ciento de las empresas no prevé cambios en la demanda interna en noviembre, el 12,5 por ciento anticipa una suba y el 10,4 por ciento una caída. Entre las firmas exportadoras, los resultados son algo mejores: el 21,3 por ciento prevé un aumento de las exportaciones, el 68 por ciento no espera cambios y el 10,6 por ciento teme una disminución de sus ventas.