Debido a las altas temperaturas y al consecuente encendido de equipos de aire acondicionado, la demanda de energía eléctrica se incrementó en enero un 7,2 por ciento con relación al mismo mes del año anterior. Una buena noticia asociada es que el sistema pudo soportar sin problemas la exigencia del mayor consumo, que batió records en el tórrido primer mes del año. La otra es que se quebró la tendencia a la caída en la demanda de grandes usuarios, prueba de un mayor nivel de actividad.

El dato fue difundido ayer por Fundelec, entidad técnica que integran las empresas del rubro, donde también se consigna que en la comparación con diciembre se registró un salto del 7,9 por ciento. La causa, consigna el trabajo, fueron las altas temperaturas, que estimularon el consumo domiciliario, con picos en horarios de tarde, cuando se registran las más altas temperaturas. Esos topes, históricamente, tienen lugar en las primeras horas de la noche.

Los mayores niveles de consumo se verificaron entre el sábado 23 y el martes 26, sin que llegaran a provocarse fisuras en la prestación ni apagones masivos. El sistema eléctrico se vio exigido al límite, pero respondió en función de las previsiones adoptadas. Este año se dispuso una metodología de detección temprana de los picos de demanda, para atender el servicio por las vías habituales o utilizando redes alternativas para reforzar el suministro. También se recurrió a cortes programados en determinadas zonas, de muy corta duración, pero suficientes para permitir el enfriamiento de los transformadores.

Todo este dispositivo, además, fue facilitado por la disponibilidad de una oferta energética mayor que en años anteriores, proveniente de nuevas centrales térmicas (o la ampliación de existentes) y un régimen fluvial que favoreció la generación hidroeléctrica.

Se estima que cada 10 grados de aumento de la temperatura por encima de la media, la demanda de electricidad trepa 2000 megavatios, básicamente por el encendido de los equipos de aire acondicionado. Durante este verano se registraron picos altos de demanda más frecuentes y en horarios anormales, pero sin alcanzar los picos de potencia máxima exigida en otros períodos recientes.

Pero aunque el boom eléctrico del primer mes del año se explique básicamente por el encendido doméstico, la demanda industrial también habría dado signos de recuperación, corroborando un repunte en el nivel de actividad que se observa desde los últimos meses de 2009. En enero se quebró la serie de registros negativos que tuvieron lugar desde noviembre de 2008 y que dieron como resultado que en todo el año pasado la demanda de grandes usuarios haya retrocedido un 1,3 por ciento promedio. Entre dicho mes y marzo de 2009 se produjo una serie de retrocesos de gran magnitud relacionados con el impacto de la crisis internacional en el ritmo de actividad empresaria local. Una declinación que contrastaba con el crecimiento que venía registrando el consumo eléctrico industrial desde el año 2003, con saltos anuales del orden del 15 al 20 por ciento.