Viernes, 2 de abril de 2010 | Hoy
ECONOMíA › CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA AMENAZA DEL GOBIERNO CHINO DE FRENAR EL INGRESO DE ACEITE DE SOJA ARGENTINO
No es la primera vez que China intenta limitar por cuestiones técnico-sanitarias las exportaciones de aceite de soja. Argentina es el primer proveedor de aceite de China. Esa amenaza busca abrir una negociación sobre el intercambio comercial de ambos países.
Por Tomás Lukin
La amenaza del gobierno chino de cambiar la normativa sanitaria para el ingreso de aceite de soja argentino devolvió a la oleaginosa al centro de la escena económica. El sector industrial y el entramado financiero desarrollado alrededor de esa actividad advierten sobre las “graves” consecuencias que tendría el cese de las compras orientales de aceites de soja. Desde esa visión, la medida sería una represalia contra el país por las medidas proteccionistas que afectan productos de ese origen. En el Gobierno reconocen la relevancia de las exportaciones sojeras, pero advierten que no se trata de una consecuencia por las políticas no arancelarias a las importaciones asiáticas. El Senasa tenía programada hace meses una misión para analizar el escenario comercial bilateral y utilizará este encuentro para zanjar las diferencias en materia sojera.
Tanto industriales como en el Ministerio de Economía recordaron que no es la primera vez que China intenta limitar por cuestiones técnico-sanitarias las exportaciones de aceite de soja. “Hay preocupación. China es el primer destino para nuestros aceites y sería complicado que se limite su entrada. Sin embargo, no es la primera vez que surge este tipo de conflictos. Antes que una modificación sanitaria efectiva se trata de una negociación”, apuntó a Página/12 Alberto Rodríguez, director ejecutivo de Ciara, cámara que reúne a las empresas del sector. El empresario resaltó además que “Argentina es el primer proveedor de aceite de China. No es fácil reemplazar la producción de aceite argentina porque no hay proveedores con nuestro volumen. Los excedentes de Brasil y Estados Unidos no alcanzan a cubrir totalmente la posición argentina”.
Más del 50 por ciento de las importaciones de aceite de soja de China provienen de la Argentina. En tanto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires expresó mediante un comunicado su “profunda preocupación” ante la posibilidad de que se frenen las compras chinas de aceites de soja argentinos. Tanto Ciara como la Bolsa presionan advirtiendo sobre el impacto sobre el empleo que podría tener la decisión china.
Según estimaciones de la consultora Abeceb.com, el año pasado las exportaciones de aceite de soja alcanzaron los 1440 millones de dólares y el Gobierno percibió por retenciones alrededor de 460 millones de dólares. Las estimaciones para este año elevan los ingresos fiscales por ese concepto hasta los 620 millones de dólares. Las negociaciones comerciales con el gobierno chino estarán a cargo del Senasa y Cancillería. El Gobierno aprovechará el marco de una misión del Senasa que ya estaba programada para discutir las cuestiones técnicas.
La disposición de las autoridades sanitarias chinas que podría afectar las exportaciones locales “establece un límite máximo de 100 partes por millón de residuos de hexano –un solvente usado en la extracción de los aceites de semillas oleaginosas– en los embarques de aceite de soja crudo”. En Ciara destacan que las exportaciones argentinas responden a los estándares internacionales y reclaman que “China cumpla su palabra de que esta norma no afectará a las exportaciones argentinas”, indicó Raquel Caminoa, gerente de Estudios Económicos de Ciara, en alusión a un acuerdo firmado en 2005 por el cual el país asiático se comprometió a no aplicar restricciones a este producto.
Desde el Ministerio de Economía desestimaron que se trate de una represalia por las licencias no automáticas y medidas antidumping impulsadas por el Gobierno para proteger a la industria durante la crisis y la desaceleración del nivel de actividad. “Brasil está por poner una medida muy fuerte en el sector de calzado que va a impactar sobre China y ellos lo saben. Si fuera una represalia, nos hubiera pegado a los dos. No es una respuesta a las medidas que limitan las importaciones”, apuntaron a este diario.
Más allá de las cuestiones específicas sobre la exportación de aceite de soja, los repetidos conflictos por las medidas no arancelarias ponen en evidencia las limitaciones del actual esquema de comercio internacional regido por la OMC. En ese sentido, el especialista de la UNQ Carlos Bianco explica que “las tensiones que surgen por las medidas paraarancelarias entre países reflejan el reducido espacio para la política comercial y arancelaria que dejan los acuerdos de la OMC y el neoliberalismo. Como queda poco lugar para la acción, cada medida que se toma maximiza los conflictos políticos”.
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