ECONOMíA › EL RETRASO CAMBIARIO ACELERA LAS IMPORTACIONES

Brasil se va quedando sin superávit

El superávit comercial brasileño se desvanece. Aceleradamente, las importaciones van alcanzando a las exportaciones, por el efecto que provoca un dólar cada vez más barato que redujo el precio que pagan los brasileños por los productos de origen importado. Eso, sumado a la recuperación de la industria local que impulsó la compra de materias primas y bienes de capital importados, motivó que las compras externas del primer trimestre superaran a las de igual período del año pasado en un 36 por ciento, medido en dólares. Un porcentaje muy similar al de la valorización del real a lo largo de 2009 con respecto al dólar: 32,7 por ciento. Ello significaría que los brasileños están pagando por esas mayores importaciones aproximadamente lo mismo en reales que el año pasado.

El retraso cambiario de Brasil (un dólar cada vez más barato) no es una política constante, pero ha tenido un peso importante sobre el comercio exterior durante 2009. En el año 2008, el dólar subió fuerte, reflejado en una devaluación del real del 23,2 por ciento. Pero si se toma, punta a punta, la variación del tipo de cambio desde que Lula asumió la presidencia (2003) hasta ayer, la apreciación del real es de casi un ciento por ciento. Esto es: el real valía 28,3 centavos de dólar en 2003 y ayer cotizaba a 56,6 centavos de la moneda estadounidense.

Esta apreciación del real explica en buena medida el fuerte crecimiento de las importaciones. El saldo positivo de la balanza comercial de Brasil se fue deteriorando rápidamente, y pasó de 40 mil millones de dólares en 2007, a 25 mil millones en 2008. En el año 2009 se mantuvo aproximadamente en esos mismos niveles, pero este año volvería a caer. Las proyecciones oficiales corregidas, que a principios de año estimaban un superávit para el ejercicio de 15 mil millones de dólares, ahora hablan de 10 mil millones. El primer trimestre del año, sin embargo, arrojó un saldo positivo por debajo de los mil millones: apenas 895 millones de dólares.

Si la caída del saldo de la balanza comercial no ha sido mayor y aún no se convirtió en déficit, es porque las exportaciones brasileñas mantienen un alto dinamismo pese a un tipo de cambio que les juega en contra: en el primer trimestre del año, volvieron a subir, esta vez un 25,8 por ciento respecto del inicio de 2009. Pero sólo medido en dólares: en reales, los exportadores deben haber recibido un 5 por ciento menos por efecto del abaratamiento del dólar.

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