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El Banco de Canadá rechazó la propuesta del FMI para crear un impuesto internacional a las entidades financieras. Desde su visión, la creación de la llamada “Contribución a la Estabilidad Financiera” es una “simple distracción” frente a la necesidad de re-regular el sistema. Sin embargo, el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, volvió a defender la propuesta señalando que su aplicación “puede reducir la probabilidad de que haya otra crisis”.

Las autoridades monetarias canadienses criticaron con dureza la propuesta del FMI, que apuntaría a fondear futuros rescates de la banca. El FMI no impulsa una reforma estructural para controlar los flujos de capitales a nivel global, sino la imposición de un tributo para financiar los salvatajes. La llamada “Contribución a la Estabilidad Financiera” es un impuesto que inicialmente pagarían todas las entidades financieras por igual y que posteriormente variaría según el nivel de riesgo asumido por cada una.

Strauss-Kahn consideró que, además de proveer fondos a los gobiernos para responder a futuras crisis, “reduciría la toma de riesgos” por parte de la banca. La propuesta está contenida en un estudio encargado al FMI por los presidentes de los países miembros del G-20, en su reunión de Pittsburgh (EE.UU.) en septiembre pasado, y se debatirá en la reunión ministerial del Grupo que tendrá lugar hoy en Washington. También se propuso un segundo impuesto, la “Tasa sobre Actividades Financieras”, que gravaría los sueldos y bonificaciones que pagan las entidades financieras, así como sus beneficios. En conferencia de prensa, Strauss-Kahn habló ayer en Washington de ambos proyectos y consideró, además, que la recuperación económica “está llegando antes que lo previsto, pero el repunte es frágil”.

En otro orden, una alta fuente del FMI comentó ayer en Washington que el resultado de las negociaciones con la Unión Europea sobre el futuro acuerdo con Grecia, que ayer entraron en su segundo día, dependen de que el gobierno de ese país acepte un ajuste fiscal muy duro en el segundo y tercer año de vigencia.