El dólar avanzó ayer un centavo, a 4,21 pesos, según el promedio de bancos y agencias de la city porteña. Es el cuarto peldaño que la divisa estadounidense sube en el mes, un ritmo de apreciación que no registraba desde abril último. En lo que va del año acumula un alza de 20 centavos, 5 por ciento respecto del cierre de 2010. Operadores de casas de cambio coincidieron en que la suba responde a una estrategia oficial, con el objetivo de ponerse a tono con la devaluación del real que ya se retrajo en casi un 5 por ciento en el último mes. También señalan que no se registra una mayor demanda privada por el billete verde, algo que sí sucede con el oro, cuyos pedidos se sextuplicaron desde inicio del año a raíz de la crisis internacional. Ayer la cotización del metal registró un nuevo máximo en 1913 dólares la onza. El stock de reservas del Banco Central se ubicó en 50.102 millones de dólares.

Los empresarios locales habían vuelto a manifestar su preocupación sobre la depreciación del real. No es un reclamo nuevo. En distintas oportunidades las autoridades del Banco Central habían contestado que no atarían la suerte del peso a los vaivenes de la moneda brasileña, aun cuando represente el mayor socio comercial de la Argentina. La decisión pareció tener sentido, dado que el real en los últimos meses osciló entre 1,55 y 1,58 unidad por dólar, sin salir de esa banda. Las minidevaluaciones del peso fueron ganándole terreno al real. No obstante, en el último mes y medio, la administración Rousseff encaró un proceso de devaluación que ya pone al real en 1,60 por dólar. Es por esto que se espera que el Central permita que la suba escalonada sea a un mayor ritmo. También existe un componente político que aceleró algunas decisiones. “Se esperaba que después de las elecciones presidenciales de octubre el dólar se reajustara. Sin embargo, con el resultado de las primarias, favorables para el oficialismo, se ve que se comenzó con la devaluación unos meses antes, de manera de evitar tensiones cambiarias por parte de los ahorristas, llegando seguramente al mismo destino”, explicó el responsable de la mesa de Puente, Claudio Borelli. A pesar de esto, las estimaciones para fin de año se mantienen intactas. Borelli dijo que el cierre de 2010 estará en torno de 4,38 pesos. El titular del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega, había pronosticado un dólar a 4,34 pesos para el cierre del actual ejercicio.

De todos modos, todavía es prematuro hablar de una aceleración en la depreciación del peso. La divisa mantiene en el mercado local un ritmo de apreciación estable de entre 2 y 3 centavos por mes. En lo que va del año las subas fueron en enero de dos centavos, tres en febrero, uno en marzo, cuatro en abril, uno en mayo, dos en junio, tres en julio y en lo que va de agosto, cuatro centavos. “Es obvio que la suba tiene el visto bueno del Central, que con sus reservas puede defender cualquier suba de la divisa. Además, no vemos una mayor demanda. Sigue estable desde hace muchos meses. Lo que sí verificamos es mayor demanda por oro”, explicó el directivo de Puente.

La demanda por oro se multiplicó por seis o siete veces respecto de los pedidos registrados a principios de año. Esto responde a que los ahorristas no quieren perderse el boom de precios que muestra el metal, de 20 por ciento en lo que va del año y de 60 por ciento (en dólares) respecto de enero de 2010. Ayer el oro superó 1900 dólares por onza, pero cayó durante la tarde en Nueva York a 1830 dólares en la Bolsa neoyorquina. La caída fue debido al alza de los mercados internacionales (ver aparte).