La presidenta de la Nación reiteró su llamado a todos los sectores de la economía para afianzar las bases del crecimiento y destacó la fortaleza productiva del país frente a la crisis internacional. “Es cuestión de dialogar y advertir que los intereses son concurrentes”, aseveró Cristina Fernández durante el acto de inauguración de una nueva sede educativa de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), acompañada por ministros y secretarios del área presidencial. Al iniciar su discurso tras las palabras de Carlos de la Vega, Cristina volvió a destacar que “últimamente, cada vez que habla un dirigente empresarial no tengo que contestarle nada. Eso quiere decir que estamos bien”. El mismo comentario había hecho la semana pasada respecto del discurso de José Ignacio de Mendiguren en la celebración del Día de la Industria.

La jefa de Estado volvió a defender el camino emprendido en 2003 y enfatizó que “estamos llegando a una oportunidad histórica para iniciar un proceso de desarrollo definitivo”. “Sigamos adelante, sabiendo que éste es el rumbo”, dijo, y advirtió que “aunque la Argentina está más firme que en otras crisis globales”, hay que estar atentos frente a la actual. “Lo que pasa en el mundo no nos lleva a estar eufóricos, ni a decir que somos invulnerables o intocables –sentenció–, pero sí a decir que en otros momentos de la Argentina, una crisis como ésta nos habría arrasado.”

En su discurso, Cristina subrayó que “el sostenimiento del mercado interno nos permitió mantener la actividad en medio de la crisis” que se desató en Europa y en los Estados Unidos en 2008. También ponderó “la mejora en los términos del intercambio”, que han favorecido al país a partir de 2003, con la suba de los precios de los productos primarios que vende Argentina, y la caída de los valores de los insumos industriales que importa, y realizó un llamamiento a “aprovechar estas oportunidades”.

Argentina viene sorteando el impacto de la crisis internacional en base a políticas de protección de la industria nacional frente al peligro de invasión de productos importados y los movimientos especulativos en los mercados financiero y cambiario, que han determinado una situación de alta inestabilidad en varios países europeos, de la cual no encuentran cómo salir. En tal sentido, ayer el Banco Central volvió a mostrarse activo para equilibrar mediante operaciones de mercado abierto las oscilaciones en la paridad cambiaria.

Después de varias jornadas de fuertes ventas de dólares para cubrir una demanda creciente, el Central terminó ayer con saldo positivo en su participación en la plaza cambiaria. Mientras sigue con atención la evolución de la moneda brasileña, la intervención del Central consiguió que la demanda privada de dólares mermara (ver aparte).