Jueves, 8 de septiembre de 2011 | Hoy
EL MUNDO › EL PRESIDENTE NORTEAMERICANO PRESENTARá HOY UN PLAN DE ESTíMULO ANTE EL CONGRESO
El proyecto incluye recortes impositivos y fondos para construir infraestructura. La administración demócrata ya tuvo que lidiar este año con la aprobación de un aumento en el límite del endeudamiento.
Por Stephen Foley *
Desde Nueva York
Esta noche el presidente Barack Obama presionará a un rebelde Congreso para que promulgue un nuevo paquete económico de unos 300 mil millones de dólares, en un intento por impulsar la recuperación de Estados Unidos y sus propias perspectivas desfallecidas de reelección. Después de meses en que su administración se consumía con el conflicto partidario sobre subir el límite de la deuda nacional, las encuestas mostraron que el presidente debe urgentemente volcar su atención a la tasa de desempleo, que se ubica por encima del 9 por ciento.
Si este paquete de recortes impositivos, fondos para construir infraestructura y nuevos gastos federales logrará pasar la Cámara de Representantes controlada por los republicanos sigue siendo una incógnita. Mientras Obama le da los últimos toques a un discurso muy promocionado para una sesión conjunta en el Congreso, los aspirantes a la Casa Blanca agudizan sus mensajes económicos. Mitt Romney, el ex gobernador de Massachusetts, dio a conocer un plan económico de 59 puntos que se basa principalmente en el recorte de impuestos y normas. El debate republicano programado para anoche en la Biblioteca Reagan en California ofreció la primera confrontación entre Romney y el gobernador de Texas, Rick Perry, cuya condición de favorito se basa en parte en la fuerza de la creación de empleos en Texas.
A diferencia del primer paquete de estímulo de 787 mil millones de dólares en 2009, el nuevo plan de la administración se focaliza en recortes impositivos. Esto es así porque el presidente fue convencido de que los recortes serán más efectivos que gastar en caminos y puentes y más porque las medidas son más propensas a ganar el apoyo bipartidario.
Se espera que uno de los principales descuentos impositivos se haga sobre la masa salarial, y de esta forma se gastarían unos 200 mil millones de aquí a fin de año. El resto se conformará con gastos de infraestructura, la extensión del seguro de desempleo y asistencia a los estados y gobiernos locales golpeados por la recesión. El plan también fue reestructurado como una ley de empleos, dejando de lado la palabra “estímulo”, que quedó desacreditada cuando las medidas de 2009 no bajaron el nivel de desempleo a los niveles que originalmente se esperaban.
El discurso del presidente es la primera salva en lo que será una larga y potencialmente amarga batalla sobre los contenidos de una nueva legislación de estímulos. Hasta el momento el anuncio del discurso provocó rispideces, cuando la administración propuso primero hacerlo anoche, coincidiendo con el debate republicano.
Y los líderes republicanos ya le avisaron a Obama que es probable que se opongan a elementos que reflejan el estímulo de 2009. En una carta al presidente, John Boehner, jefe de la bancada, y Eric Cantor, líder de la Cámara republicana, dijeron: “Discutimos en su momento que una ley de gastos gubernamentales grandes y financiada con déficit no era la mejor manera de mejorar nuestra situación financiera. Dados el actual desempleo y los números deficitarios, creemos que nuestra preocupación fue válida”.
* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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