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El gobierno de Brasil oficializó ayer su nuevo régimen automotor, a partir del cual busca apuntalar las ventas e incentivar las inversiones. Prevé una desgravación impositiva para autos que utilicen tecnologías más limpias y contemplaría, ya que no se conoce todavía la reglamentación, requisitos en términos de contenido mínimo de partes fabricadas en el Mercosur, aunque también de procesos productivos e investigación en el propio Brasil. Las terminales radicadas en la Argentina aseguran que las novedades están de acuerdo con lo conversado, pero advierten que todavía no se conocen los detalles de la norma. Una postura similar sostiene el Ministerio de Industria y el embajador en Brasil, Luis María Kreckler. En el sector autopartista se especula que Brasil está dilatando los tiempos y que la intención es favorecer a las empresas que están allí radicadas.

La Anfavea, entidad que agrupa a las fábricas de autos en Brasil, tiene previsto para este año un aumento del 2 por ciento en la producción frente a 2011. Según datos difundidos ayer, la fabricación en septiembre muestra en Brasil una suba anual de 8,2 por ciento y en términos acumulados, una baja de 5,7 por ciento. Con relación a las ventas, la estimación para este año es una suba de alrededor del 5 por ciento. En los nueve primeros meses, el alza es del 4 por ciento, aunque en septiembre la merma fue de 7,6.

El sector automotor en Brasil se vio favorecido desde la implementación del Plan Maior, un programa de estímulo a la industria que introdujo la exención de un 30 por ciento del IPI a los autos para impulsar las ventas locales. El beneficio impositivo vence el 31 de octubre, aunque se espera que termine alcanzando a las ventas en noviembre y diciembre.

A partir del nuevo régimen automotor que regirá entre 2013 y 2017, el incentivo fiscal queda sujeto al cumplimiento de una serie de condiciones por parte de las fábricas. “Estamos lanzando el nuevo régimen automotor, cuyo objetivo es otorgar un impulso fuerte para la industria brasileña”, señaló el ministro de Hacienda, Guido Mantega. “El sector automotor de Brasil ya es uno de las más importantes del mundo, y el nuevo régimen permitirá ocupar un espacio aun más grande en los próximos cinco años”, agregó el funcionario, quien en conferencia de prensa explicó la medida junto a su par de Industria, Fernando Pimentel.

El régimen, llamado Innovar Auto, contempla varias exigencias. Entre 2013 y 2017, el consumo de combustible de los vehículos deberá bajar para obtener el beneficio hasta 17,26 kilómetros por litro, frente al promedio actual de 14 kilómetros por litro, en línea con las normas del mercado europeo. Los vehículos fabricados en la Argentina y exportados a Brasil seguirán recibiendo el beneficio de la reducción del IPI, en la medida en que cumplan con los nuevos requisitos. “Brasil nos demanda el 80 por ciento de las exportaciones. Son normas y hay que adaptarse, no lo vemos como un problema”, explicaron a este diario desde Adefa. Los autos en el mercado local también serán menos contaminantes.

Desde las fábricas aseguran que el decreto publicado ayer por Brasil está en línea con las conversaciones previas. Sin embargo, dos temas sensibles como la política de compra de partes y piezas y el desarrollo de los grandes sistemas, como el motor, la electrónica o la transmisión, deben aguardar la reglamentación para definirse. Las fábricas en la Argentina esperan que el requisito sea de tipo regional, pero del otro lado está el sector industrial brasileño, que busca fortalecerse en el marco de la actual crisis internacional. Hasta ahora, la reducción del IPI aplica para autos con un mínimo del 65 por ciento de partes regionales.

La reglamentación de la norma y la propia negociación que cada terminal en Brasil encare con el gobierno de ese país terminarán de definir el nuevo esquema. Por lo pronto, Brasil estipuló que el piso de las tareas de innovación por parte de las firmas en ese país sobre la facturación suba del 0,15 al 0,50 por ciento. De hecho, Mantega dijo que la expectativa del gobierno es que las empresas inviertan 22 mil millones de dólares en los próximos tres años. Los autopartistas locales resaltan que las desviaciones de carácter “nacional” que defina Brasil podrían llegar a mitigarse, con instrumentos específicos, en la política automotriz común del Mercosur que debe definirse el año que viene.