ECONOMíA › OPINION

Mala fe

 Por Alfredo Zaiat

El sitio therobingroom.com es un portal donde evalúan a los jueces del sistema estadounidense. Todos los magistrados están listados por orden alfabético y son calificados previa registración del interesado en participar. The Robbing Room (por robe, toga en inglés) se presenta como un sitio de abogados para abogados con el objetivo de proporcionar un foro para la evaluación de los jueces de la Corte Federal de distrito y otros magistrados. Su lema es “Donde los jueces son juzgados”. Está administrado por North Law Publishers Inc., una corporación de Nueva York cuyos principales accionistas son abogados. Existe un cuestionario de evaluación del juez donde se le asigna puntaje de 1 a 10 en catorce categorías, entre ellas “capacidad para manejar litigios complejos”, “temperamento”, “imparcialidad”, “trabajador, laborioso”, “flexibilidad”, “puntualidad”. Los operadores del sitio se reservan el derecho de eliminar comentarios y valoraciones consideradas difamatorias o de mala fe. El juez de la United States District Court for the Southern District of New York, Thomas Poole Griesa, no tiene una evaluación favorable. Su calificación promedio es 4,1 puntos, una de las más bajas entre todos sus colegas.

Conocer la mala nota de la gestión global de Griesa como juez en Nueva York no cambiará su fallo que privilegia a los fondos buitre del financista republicano Paul Singer sobre el 92,4 por ciento del resto de los acreedores que ingresaron al canje de deuda en default. Pero sirve para saber cómo evalúan abogados estadounidenses la tarea del juez que atropelló decisiones soberanas en materia financiera de la Argentina. No es sólo una cuestión de pérdida de la soberanía jurídica por las cláusulas de prórroga de jurisdicción a favor de tribunales extranjeros en la emisión de deuda, que hoy muestra sus costos en toda su dimensión, sino la acción de un juez que violenta la interpretación del pari passu (igualdad de condiciones entre los acreedores). La herencia neoliberal de la cesión de la soberanía no habilita que un juez neoyorquino disponga un fallo que no respeta la equidad entre acreedores.

De acuerdo con lo que escribió Griesa en el fallo, convalidado por la Cámara de Apelaciones, la relación país-deudor con inversor-acreedor se trata de un contrato comercial entre privados, lo que le permite despreciar la normativa local (estadounidense, el caso de quiebras de municipios) e internacional sobre la inmunidad soberana de los países, e interpreta a la vez que la igualdad entre acreedores es que todos tienen que cobrar, aunque unos reciban más que otros.

Griesa estruja así el pari passu afirmando que el fondo buitre de Singer tiene que cobrar el ciento por ciento en efectivo en un solo pago de bonos en default, mientras que el resto de los acreedores lo puede seguir haciendo con bonos con quita de capital, reducción de la tasa de interés y extensión del plazo de vencimiento. No consideró de ese modo la instancia de la operación de reestructuración de deuda, una iniciativa financiera soberana de la Argentina y aceptada por acreedores, y sólo atendió los derechos y obligaciones contractuales que emergen de títulos en default, como si fuera un vínculo comercial independiente de la administración financiera de un país. Además ordenó que los buitres sean los primeros en cobrar, disponiendo entonces el embargo de los pagos canalizado vía Nueva York a los otros acreedores, afectando sus derechos de cobro de la deuda regularizada. Dispuso también la posibilidad de buscar activos argentinos para embargarlos para que cobren los buitres. Esas son las condiciones que Griesa definió como de igualdad entre acreedores, cuando evidentemente no lo es. Son un trato preferencial a través de esas medidas abusivas que no respetan el principio de buena fe. No es que pone en un plano de igualdad a un Estado independiente con un grupo minoritario de acreedores, lo que ya sería exagerado, sino que privilegia a esos fondos especulativos. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) se pronunció al respecto observando que “en el centro del conflicto está la tensión entre hacer prevalecer el derecho de propiedad, apoyado en las prácticas predatorias que habilita el sistema financiero, y la obligación de los Estados de garantizar los derechos económicos, sociales y culturales de la población”.

Es tan evidente el despropósito jurídico de Griesa que sólo porque se trata de un juez de Estados Unidos genera tibias observaciones críticas a ese fallo. Quienes están acostumbrados a reverenciar a Mickey Mouse o a cualquiera vinculado con la bandera con las 50 estrellas blancas de cinco puntas, y hoy lo hacen ante la toga de Griesa, tienen la oportunidad de conocer qué piensan de ese juez los propios abogados. Como éstos son de nacionalidad estadounidense, puede ser que así se animen a cuestionar a Griesa.

En el sitio therobingroom.com están publicados comentarios sobre el juez. El fallo ya se conoce y es desfavorable para la Argentina, pero es ilustrativo conocer algunas de esas opiniones para saber quién es el juez de primera instancia que está convencido de que está por encima del presidente de un país, a quien critica por sus declaraciones políticas porque no le dan confianza y son ofensivas. Algunas de las calificaciones y menciones (mayoría negativas y un par positivas) sobre Griesa divulgadas en el sitio donde “los jueces son juzgados” son:

- 3,0 puntos: “Personalidad desagradable”, abogado penalista, 27 junio de 2006.

- 6,2 puntos: “Le tomó un año tomar una decisión sobre una decisión sencilla”, abogado de derecho civil, 13 de septiembre de 2006.

- 2,0 puntos: “Es terriblemente perezoso e irresponsable. Durante meses pospone la toma de decisiones más simples. Está claramente sesgado hacia determinados abogados, en particular a los de las empresas de alto perfil. Es impaciente con los demás y les da poca oportunidad de cambiar de opinión”, 21 de septiembre de 2007.

- 1,0 punto: “Se sentó sobre mi caso desde hace dos años y medio sin haber leído ninguna de mis solicitudes, argumentos o escritos. Concedió rápidamente el sumario de la defensa sin dar ninguna consideración seria a mi posición”, abogado de derecho civil, 10 de noviembre de 2007.

- 2,2 puntos: “Debería haberse retirado hace mucho tiempo y debería avergonzarse de seguir recibiendo un cheque de pago. Un juez totalmente digno de desprecio”, abogado de derecho civil, 14 de diciembre de 2007.

- 1,0 punto: “Es muy perezoso y no se molesta en leer los escritos. Debe tener los días más cortos en el juzgado del distrito Sur, que termina a las 4.30 en punto, aunque sea en medio de alegatos finales. Debería estar avergonzado de estar en el cargo”, 13 de mayo de 2008.

- 10,0 puntos: “El juez más sorprendente, inteligente y amable”, abogado penal, 26 de febrero de 2010.

- 9,0 puntos: “Un verdadero caballero. Trabaja duro para obtener el resultado correcto”, abogado de derecho civil, 25 de enero de 2013.

- 2,4 puntos: “Ha abandonado su papel de ser un juez neutral e imparcial, y en su lugar se ha convertido en un defensor, violando con ello el Código de Conducta para los jueces de los Estados Unidos”, abogado penalista, 5 de noviembre de 2013.

- 2,0 puntos: “Este juez debería haberse retirado hace mucho tiempo”, abogado penalista, 1° de enero de 2014.

- 1,0 puntos: “Al igual que el presidente que lo nombró (Nixon), Griesa, obviamente, cree que está por encima de la ley”, abogado penalista, 12 de junio de 2014.

Luego de que la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos decidiera no tomar el caso, la Cámara de Apelaciones levantara la cautelar y Griesa convocara a las partes a pedido de los abogados de los fondos buitre, se reportaron nuevos comentarios. “Permite la usura perjudicando a millones”; “Este juez avergüenza a todo el sistema de Justicia de Estados Unidos”; “Si la justicia es equilibrio, el juez Griesa promueve profundamente el desequilibrio”; “Desconoce el esfuerzo de Argentina de pagar sus deudas desde el año 2003”.

Griesa, de 84 años, maneja hace 40 años el juzgado del distrito sur de Nueva York, zona donde tienen radicado su domicilio los principales bancos de Wall Street. Por ese motivo el caso de los fondos buitre contra Argentina quedó en sus manos. El periodista Carlos Burgueño cuenta en el libro Los buitres que colaboradores históricos del juez dicen que él ya no es el mismo, no por una cuestión física, sino por el carácter. Escribió que “algunos abogados nuevos, que fueron ingresando como fiscales y asesores letrados (en su juzgado), describen hoy a una persona muy complicada, con la que resulta más que duro trabajar, y hacer justicia”.

Griesa no se descubrió a favor de los buitres en la última audiencia, donde se mostró amigable con los abogados de los fondos de Singer, y posteriormente dictó una orden para impedir el canje de jurisdicción de bonos. Desde las primeras instrucciones y hasta el fallo que estruja el criterio pari passu acompañó la voluntad de los buitres. En la ida y vuelta sobre la buena fe de la posición argentina en el transcurso del litigio, argumento preferido de los buitres y sus voceros locales, lo que ha quedado en evidencia, en su máxima expresión en la última audiencia, es que Griesa actúa de mala fe en el caso contra la Argentina. En las próximas semanas puede o no abrirse un canal de negociación, con más o menos probabilidades de alcanzar un acuerdo. Ante esa eventualidad resulta importante saber quién es el juez Thomas Poole Griesa.

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