DEPORTES › INSOLITA DESCALIFICACION DEL PRESIDENTE DE LA AFA A DIEGO MARADONA

Don Julio atacó al mejor mufa de la historia

El presidente de la AFA gritó ante los periodistas que el triunfo argentino se había consumado gracias a que el astro ya se había ido de la cancha. Su hijo Humberto, DT de los sparrings, hizo lo mismo a través de su cuenta de Twitter.

 Por Gustavo Veiga

Dicen que dijo Julio Grondona en el Mineirao de Belo Horizonte bien fuerte y para que los periodistas escucharan: “Se fue el mufa y ganamos”. Su hijo Humberto lo hizo en términos similares a través de su cuenta de Twitter. Digamos también que el mufa consiguió algo más que una sufrida victoria contra Irán: un Mundial, un Mundial juvenil, dos ligas italianas, más títulos con Boca, el Barcelona y el Napoli e hizo que la AFA ganara muchos millones de dólares. Por tanto, si aceptáramos risibles influencias ajenas al juego mismo, el mote queda desbaratado, ridiculizado. “Pobre estúpido, que hayamos ganado fue mérito de Leo y no porque yo me haya ido del estadio”, disparó Maradona en su programa.

El ahora mufa antes reverenciado, el de tantos éxitos y una larga historia compartidos con el presidente de la AFA, se retiró antes del estadio sin ver el golazo de Messi. ¿Por mufa? Pensamos que no lo cree ni el hombre del pesado anillo que dice “Todo pasa”. Si no tendría que arrojar su célebre joya al tacho de basura. Desde que el mufa se retiró (lo retiraron) de la Selección en el Mundial ’94, Argentina no llegó ni siquiera a una semifinal. Veinte años en los que Grondona siguió gobernando.

Diego Maradona, el mufa –según la cabalística visión del vicepresidente de la FIFA y su hijo Humberto, el técnico de los sparrings de la Selección nacional–, es el enemigo elegido al que le caerán ante cualquier adversidad que se presente en el Mundial.

No son tontos.

Apenas había llegado a Brasil, el pé frio (así les dicen a los mufas en portugués) rescató a Alejandro Sabella, pero les deseó lo peor a Grondona y Carlos Bilardo: “Que ellos tengan toda la mala suerte. Pero a Sabella le deseo la mejor del mundo, y a los jugadores mucho más”. Quizá por eso vino esta curiosa reacción, impropia del máximo dirigente deportivo de un país, si se toma al fútbol como lo que es: el deporte más convocante.

Los tuits de Grondonita no merecen más que un manto de piedad. Fueron balas de fogueo, curiosos panfletos menores de un actor de reparto entre dos pesos pesado distanciados o reconciliados, según lo demuestra la historia de su matrimonio por conveniencia. “Cuando los mufas se van”, deslizó.

Maradona ni siquiera necesita defenderse de sus octavillas tuiteras. Es más, sería aconsejable que no lo hiciera, porque son escuálidas representaciones de un conventillo al que se sumó en más de una ocasión. No tiene sentido. Desde estas humildes líneas se lo pedimos encarecidamente. A palabras necias, oídos sordos. No alimentemos la patria tuitera y su mediocre espontaneidad.

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Brasil2014
Grondona y su hijo Humberto en Cidade do Galo. Parado, Bilardo contempla el panorama.
Imagen: Télam
 
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