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El Gobierno oficializó ayer la sexta extensión del blanqueo de capitales, que seguirá vigente hasta fines de marzo de 2015. El programa, inaugurado a comienzos de julio del año pasado, recolectó hasta principios de diciembre más de 800 millones de dólares, una cifra significativamente inferior a los 4 mil millones proyectados cuando se anunció la medida.

El decreto publicado ayer afirma que el blanqueo “permite emplear recursos líquidos ociosos para financiar inversiones productivas y sociales que apuntalen el proceso de crecimiento”.

Los dos instrumentos financieros para blanquear fondos sin declarar son el Certificado de Depósito para Inversión (Cedin) y el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade). La ley que los creó permite exteriorizar voluntariamente la tenencia de moneda extranjera en el país y en el exterior sin pagar ningún tipo de penalidad.

El Baade está diseñado para atraer inversiones para proyectos energéticos, aunque hasta ahora no captó más de 100 millones de dólares. En tanto, el Cedin apunta a la recomposición del mercado inmobiliario. La idea es que se pueda acceder a la compra de una vivienda sin tener que utilizar los dólares en efectivo, además del atractivo de no tener que declarar el dinero. El vendedor del inmueble luego puede quedarse con el certificado o venderlo y hacerse de los dólares. En la actualidad hay 306 millones de Cedin efectivos que fueron ingresados y todavía no se utilizaron.

En agosto, el Cedin incorporó la chance de comprar proyectos desde el pozo. Además, se puede avisar a los bancos con 72 horas de anticipación que la escritura se hace con esos títulos, para llevarse los dólares en el momento.