Domingo, 10 de julio de 2016 | Hoy
ECONOMíA › DECENAS DE PLANTAS EN TODO EL PAíS DESPIDEN O SUSPENDEN PERSONAL POR EL DETERIORO DE SUS VENTAS
Un relevamiento sobre distintos sectores económicos y provincias da por resultado la masividad de casos de plantas que achican personal o recortan salarios como respuesta a la crisis. El trabajo y el salario como variable de ajuste.
Por Javier Lewkowicz
Desde fines del año pasado se produjo un preocupante deterioro de las condiciones de trabajo de la clase obrera. Ese retroceso tiene su manifestación más general en la caída del poder adquisitivo del salario, cuya magnitud depende de varios factores. En principio, los trabajadores registrados de mejor posición perderán un 6 por ciento de su salario real este año, según estimaciones privadas. Peor resultado obtendrán los asalariados en condiciones sindicales más frágiles y los no registrados. Sobre el escenario de pérdida del poder adquisitivo aparecen los despidos, que en el caso de algunas empresas llegan a ser generalizados, aunque fundamentalmente se verifican a cuentagotas. Hay sí, de manera instalada, un proceso de reducción de personal a través de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. Otra modalidad es la no renovación de contratos temporales. También hay recortes de salarios y suspensiones con cobro parcial del sueldo. Este fenómeno se verifica en los números agregados pero también en el estudio de casos. Hubo quiebra de empresas, el peor desenlace. Página/12 realizó un relevamiento sobre un importante grupo de empresas con fuertes conflictos laborales en varios puntos del país y de distintos sectores de la economía. Es una muestra representativa del clima social regresivo que se vive en el mundo del trabajo.
El deterioro de las condiciones laborales guarda relación con el shock económico del macrismo, montado sobre una situación que venía siendo delicada para muchas empresas. El principal factor es la caída de las ventas, de entre el 10 y el 30 por ciento por ciento en promedio a partir de la reducción del poder adquisitivo de los trabajadores y los jubilados. El combo explosivo se completa con la suba de costos por la devaluación y el tarifazo. A nivel agregado, los números del sistema previsional registran una destrucción de 84 mil empleos desde noviembre, mientras que la serie de AFIP, que además abarca a determinados empleados públicos, refleja una caída del 0,7 por ciento. La Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo muestra una caída de 0,3 por ciento y la de ocupación industrial del Indec, una merma interanual en el primer trimestre del 0,8 por ciento.
Pero la economía es solamente una parte de esta historia. Hay un componente político insoslayable, ya que la primera medida adoptada por el macrismo al asumir fue echar masivamente trabajadores del Estado. En un contexto económico muy complejo, fue una señal implícita pero de mucho peso. También hubo políticas más explícitas, como la no renovación de los Repro, que son subsidios del Ministerio de Trabajo para evitar despidos.
Eitar es una metalúrgica con 320 empleados de Quilmes que produce válvulas de seguridad para hornos, termotanques y estufas. En febrero comenzaron los problemas de pago de salarios. La empresa presentó el procedimiento preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo y con ese aval despidió a 70 trabajadores. Luego de un fuerte conflicto, se negoció el retiro voluntario de 80 trabajadores con la indemnización correspondiente en seis cuotas. También en la zona sur está el frigorífico Ciabar, en donde trabajan 800 personas. En febrero, la empresa emitió 173 telegramas de despido en el marco de un plan para echar a 360 personas. Esto motivó un intenso conflicto que llegó a que los trabajadores tomaran la fábrica. El acuerdo final contempló el retiro voluntario de 57 trabajadores. Un frigorífico vecino es Penta, en Bernal, que eliminó 25 contratos de trabajadores tercerizados. En La Matanza, hace cuatro meses que los 156 trabajadores de Biomadero, una de los mayores productores de biodiesel, no cobran su sueldo.
Germaíz fabrica el aceite de maíz para varias marcas del mercado local y exporta aceite a granel. La empresa tiene una planta con 45 trabajadores en Baradero y otros 25 en San Justo. En ambos casos, no se pagan salarios desde hace más de dos meses. La patronal asegura que está en rojo y para justificarlo mostró sus últimos dos balances contables que dieron pérdida, pero fueron rechazados bajo sospecha de “fraudulentos” por el sindicato de aceiteros, que denuncia un proceso de vaciamiento. La empresa está en concurso de acreedores y busca un comprador. La empresa Arcor, en tanto, echó a 8 trabajadores en su planta de Salto y en el gremio esperan más despidos y adelantó vacaciones a todo el personal de la planta de Estirenos de San Luis. En tanto, el frigorífico Bertone Hermanos, en la localidad de Rojas, les adeuda a sus 80 trabajadores el aguinaldo y un salario, y los dueños les comunicaron que en el corto plazo se espera el cierre de la empresa.
Acindar anunció que el 31 de julio cierra un turno de trabajo de su planta de Navarro (Rosario) que cuenta con 150 empleados. Hasta ahora hay 17 adhesiones al retiro voluntario. Nestlé despidió a 8 trabajadores de su planta de Firmat aunque luego reincorporó a 4. En las afueras de Rosario están los talleres Rioro de reparación de vagones de trenes, del grupo Emepa. En marzo, Mauricio Macri anuló los contratos con el Estado y no ofreció solución alternativa para los trabajadores. De 130 trabajadores, 70 obtuvieron el retiro voluntario.
En línea blanca, la empresa Frimetal produce para las marcas Gafa y Electrolux. Allí se dieron 50 retiros voluntarios en marzo y otros 30 cese de contratos hace un mes. Además, permanecen suspendidos 400 trabajadores con el 90 por ciento de la remuneración. En su competidora Bambi hay 500 trabajadores suspendidos. En la vecina ciudad de Paraná, la firma Longvie en el parque industrial General Belgrano recortó 60 empleos de trabajadores contratados por temporada que podrían ser tomados nuevamente en diciembre, aunque no hay certezas.
El pueblo de San Carlos tiene 11 mil habitantes y en lo que va del año perdió 300 puestos de trabajo. Uno de los principales empleadores es la Cristalería San Carlos, que produce 16 mil artículos de cristalería y tiene casi 70 años de antigüedad. La empresa apagó uno de los hornos en diciembre, no renovó contratos de trabajo, hubo retiros y jubilación de trabajadores. En total se afectó a 20 personas, el 15 por ciento de la plantilla. El primer empleador de San Carlos es el Grupo Lheritier, que desafectó a 90 personas de su plantel de 490 trabajadores.
En su planta de cajas de cambio, Volkswagen desde marzo redujo en 120 trabajadores su plantilla de personal, entre retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. Además, hay dos días de suspensiones a la semana en la empresa. Renault hizo el ajuste en 2014, con el despido de 200 trabajadores, y en estos meses no renovó contratos. De manera similar, Fiat despidió personal el año pasado y mantiene suspensiones, que también afectan a los trabajadores de la fábrica de camiones Iveco. Montich es la principal autopartista de la provincia, proveedora de los chasis que utiliza Iveco. Esta semana suspendió a sus 170 empleados y mantiene un conflicto por la reducción del sueldo en 2500 pesos que provenían de los Repro que otorgaba el Ministerio de Trabajo, beneficio que fue cancelado por la gestión macrista. La metalúrgica Zennier presentó la quiebra el 1º de junio. La empresa tiene 33 años de antigüedad la empresa y 35 trabajadores quedaron desempleados. Su idea es formar una cooperativa.
El viernes 1º de julio, la empresa Alco Canale, que produce fruta enlatada y cuenta con una plantilla total de unos 2 mil trabajadores, comunicó 38 despidos en su planta de Real del Padre, 6 en Tunuyán y otros 5 en Tupungato, en Mendoza, informó a este diario el delegado sindical de la planta de Knorr de Unilever, Pablo Busch. La empresa Molto, de conservas de tomate, también de Mendoza, despidió a 6 trabajadores desde comienzos de año. En el sector electrónico de Tierra del Fuego no se renovaron contratos a 1000 trabajadores. La situación más delicada se verifica en KMG, productora de cámaras fotográficas Kodak, en Río Grande, que anunció la suspensión de sus 50 trabajadores por seis meses.
En Villa Mercedes, San Luis, la planta de Cerámica San Lorenzo suspendió a sus 120 trabajadores por 30 días con una reducción del sueldo del 15 por ciento. La firma despidió en enero a 100 trabajadores de esa planta y a otros 100 del establecimiento que tiene en Azul, provincia de Buenos Aires. La empresa Alpargatas en Tucumán no renovó contrato a 48 jóvenes y mantiene suspensiones por 15 días del 18 al 31 de julio en esa planta y en la de La Pampa. En Alpargatas ya hubo 250 desvinculaciones entre retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. En Santiago del Estero, la firma textil Coteminas adelantó vacaciones del 18 de julio al 31 de julio a sus 700 trabajadores.
La vastedad de conflictos laborales y situaciones de ahogo del sector manufacturero hace que una multitud de economías locales esté sufriendo las condiciones del retroceso social y económico antes que se perciba en los grandes centros urbanos. Las promesas de beneficios que se prometían para las economías regionales por la eliminación de retenciones y suba del dólar están chocando contra una realidad muy diferente, derivada de la misma política económica que lanzó aquellas medidas.
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