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Finalmente, Roberto Lavagna postergó su visita al Congreso que tenía programada para hoy para presentar el Presupuesto 2005. Para cumplir con la formalidad a la que está obligado, el Gobierno sólo enviará un adelanto de la iniciativa. En el Palacio de Hacienda dijeron que el ministro cumplirá con su trabajo recién mañana. Pero lo cierto es que esa intención también queda entre signos de interrogación, ya que la postergación estuvo relacionada con los tironeos en el seno del Gobierno por las partidas de dinero pautadas para cada jurisdicción.
En su edición de anteayer, Página/12 contó sobre la tensión existente dentro del Gobierno por la elaboración del Presupuesto 2005. Y que los tironeos más fuertes refieren a los fondos que manejará Economía y a aquellos que se destinarán a las obras públicas y al rubro social. Si bien tanto en la Casa Rosada como en el Palacio de Hacienda buscaron atenuar el ruido de la pelea, lo cierto es que, en relación con el Presupuesto, existe un enfrentamiento entre Lavagna y el ala política del Gobierno. En especial con Julio De Vido, encargado de diseñar el plan de obras y con quien el economista mantiene una fuerte y pública disputa por la renegociación de los contratos de las privatizadas. En este marco, anoche en Economía intentaban desligar al jefe por la demora en la presentación del proyecto: “Nosotros lo entregamos el viernes, en tiempo y forma para llegar bien a la exposición”, dijeron en las oficinas del Palacio.
Uno de los cortocircuitos refiere al dinero que administrará en forma directa Economía a través del rubro “Obligaciones a cargo del Tesoro nacional”. Son los fondos con los que se atienden emergencias, subsidios a empresas públicas y a concesiones de servicios públicos, como los trenes, y algunas asistencias financieras a las provincias. Para este año se pautaron 4481 millones de pesos y Lavagna habría propuesto aumentar ese monto. Algunos observadores especulaban que bajo ese rótulo podría incluirse una partida para ofrecerles a los bonistas. Ajeno a estas especulaciones, el ministro de Economía dejó trascender que en las últimas horas recibió varios pedidos para incrementar el gasto público. “Hay que ser cuidadosos”, enfatizó, en un mensaje directo a la Casa Rosada.
En medio de la pulseada con el Fondo Monetario y con los acreedores, que reclaman una mejora sustancial de la Propuesta Buenos Aires, la elaboración del Presupuesto despierta especial atención. Más aún ahora que se han revelado fisuras en el propio Gobierno. Como telón de fondo, algunos funcionarios destacaban la presión que vienen ejerciendo distintos gobernadores, a quienes no se les escapa que el próximo será un año electoral.
El adelanto del Presupuesto que hoy se enviará al Parlamento contendrá lineamientos generales, ya adelantados por el propio Lavagna: una pauta de superávit fiscal primario de 3 por ciento del PIB, a la que se sumaría otro punto que deberán ahorrar las provincias. En tanto, la perspectiva de crecimiento será del 4 por ciento. Y la meta de inflación se ubicará en el rango que va del 7 al 10,5 por ciento anual.
Como hizo Domingo Cavallo hace cuatro años, cuando en medio de una pelea con los legisladores retrasó el envío del Presupuesto, ahora es Lavagna quien no podrá transportar los siete extensos tomos que contienen la denominada ley de leyes. Por ahora habrá que conformarse con las generalidades. Para conocer los detalles hay que esperar a que en el Gobierno se pongan de acuerdo para repartir la torta.