ECONOMíA › ESTUDIO DE LA UBA SOBRE LA CONDUCTA EMPRESARIA
Aunque ganan, no invierten
Los empresarios argentinos no invierten en expandir la producción cuando incrementan sus ganancias, concluyó un estudio de la Universidad de Buenos Aires. El resultado contradice las predicciones de muchas teorías económicas y vuelve a poner en primer plano el rol del Estado en la conducción de la inversión.
Según la investigación, mientras la inversión privada se mantuvo por debajo del 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos diez años, los ingresos que percibieron los empresarios crecieron en el mismo período entre el 47,9 al 58,9 por ciento del producto.
“Frente al reiterado argumento de la necesidad de facilitar la ganancia empresaria para provocar el crecimiento económico vía la inversión, la experiencia de las últimas décadas en la Argentina genera serios interrogantes al respecto, en la medida en que la primera no se ha transformado en la segunda”, explica el estudio elaborado por los economistas Javier Lindemboim, Damián Kennedy y Juan Graña.
La economía argentina presenta un “traumático divorcio” entre la inversión y el superávit bruto de explotación (las ganancias), que refuta las tradicionales teorías de la oferta y la preconización del “derrame” de los ingresos de los más ricos a los más pobres. El trabajo de la UBA no profundiza sobre las causas del “divorcio”, pero destaca que “una parte quizá significativa de las ganancias se ha dirigido a satisfacer el consumo”. Otro posible destino fue la formación de activos en el exterior, es decir fuga de divisas. Las cifras son contundentes: mientras en 1993 las ganancias empresarias representaban el 47,9 por ciento del PIB y la inversión bruta interna fija (IBIF) el 19,1 por ciento, las primeras treparon en 2003 al 62,4 por ciento, y los desembolsos por inversión cayeron al 15,1 por ciento. La tendencia se revirtió parcialmente en 2004, con proporciones del 58,9 y 19,52 por ciento respectivamente, aunque el “divorcio” sigue vigente.