El Gobierno dio ayer un guiño a la oferta de Hugo Chávez para rescatar de su crisis a SanCor. Lo hizo a través de Alberto Fernández, quien consideró “muy importante” la propuesta del venezolano, aunque la incluyó dentro de un menú de opciones que se están evaluando. La cuestión empezará a encarrilarse hoy, cuando Chávez comience su visita a la Argentina. En privado, no obstante, desde la Casa Rosada prefirieron la cautela. “Queremos ser prudentes y no generar falsas expectativas. Después de lo ocurrido en el Hospital Francés, preferimos esperar a dar definiciones”, sostuvo una alta fuente oficial a este diario.

En declaraciones radiales, el jefe de Gabinete sostuvo que la oferta de Chávez de otorgar un crédito de 80 millones de dólares para sacar a SanCor de la asfixia financiera completaba un escenario “tranquilizador”, ya que se sumaba a otras alternativas que permanecen en estudio.

En efecto, desde la propia compañía señalaron a este diario que una comitiva de técnicos del grupo Soros continuaba ayer evaluando el balance de la lechera para avanzar en la propuesta conocida hace un mes: aportar 120 millones de dólares para quedarse con el 62,5 por ciento del paquete accionario. Un grupo de dirigentes de la empresa respalda la entrada de Adecoagro, la compañía del grupo Soros. En forma paralela, una delegación de directivos de SanCor, encabezada por el vicepresidente Italo Gastaldi, se encuentra en Caracas analizando en detalle la oferta de Chávez.

Fuentes de la compañía insistieron, en diálogo con este diario, en que la propuesta de Venezuela, tal como fue planteada por su presidente, no alcanza para sacar a la láctea del pozo. Al respecto, ayer circularon distintas versiones sobre la resolución del tema. Una posibilidad sería que, a su llegada a Buenos Aires, Chávez eleve su oferta igualándola a la del grupo Soros, con la ventaja de que SanCor mantendría su condición de cooperativa. Otra chance es que un grupo privado argentino se sume a Venezuela. De hecho, el grupo Petersen (Eskenazi-Eurnekian) llevaron su propio plan a SanCor. Tampoco se descartaba que el Banco Nación, el principal acreedor local de la compañía, alargue los vencimientos de su deuda para colaborar con el salvataje. SanCor le adeuda 45 millones de dólares. En la empresa, no obstante, destacaban ayer que la porción más importante de los pasivos está en cabeza de grupos extranjeros, entre ellos la Corporación Financiera Internacional, brazo financiero del Banco Mundial.

Para Venezuela, la operación sería importante, ya que desde hace tiempo busca involucrarse en el negocio lechero. Ese país es el principal importador de leche en polvo argentina y quiere incrementar su producción. Por ese motivo, en los últimos dos años adquirió 1800 vaquillonas desde la Argentina y preparó campos para volcarse al negocio. En ese país también existen plantas que pertenecían a la ex Parmalat, que podrían volver a funcionar si se reacondicionan con tecnología de punta. Chávez mencionó la chance de que ese abastecimiento forme parte del acuerdo con SanCor.

Desde Venezuela comentan que la idea de desarrollar el negocio lácteo partió de grupos empresarios y que rápidamente fue cooptada por la administración chavista. Carlos Martínez Mendoza, vicepresidente del Banco de Inversión de ese país, habría sido el nexo para convencer a Chávez de la oportunidad de entrar en SanCor. Esta mañana, con el arribo del mandatario venezolano, empezará a quedar más claro el futuro de la láctea líder de la Argentina.