El presidente Kirchner habría tomado la decisión de otorgar un aumento en los próximos días a unos 80.000 retirados de la policía y las Fuerzas Armadas. El ajuste rondaría entre 9 y 11 por ciento. Y en el caso de los retirados de las fuerzas armadas sería la primera mejora en sus haberes en los últimos 14 años.

En julio, Kirchner anunció una recomposición salarial para policías y militares del 19 por ciento –dividida en dos etapas a partir de agosto y septiembre, en línea con los aumentos otorgados a los empleados del resto de la administración pública nacional. Sin embargo, aquella medida dejó expresamente afuera a los retirados. En el caso de las Fuerzas Armadas, hace 14 años que los retirados no perciben incremento alguno en sus haberes, lo cual deterioró fuertemente su poder adquisitivo, considerando que la inflación desde la devaluación supera el 85 por ciento.

Más aún, para dejar congelados los sueldos de los retirados, el Gobierno optó dar siempre aumentos no remunerativos al personal en actividad, de modo de evitar el enganche de haberes de los pasivos.

El argumento oficial para excluir hasta ahora a los retirados era que el gasto que implica la decisión era demasiado elevado. Y desde el Ministerio de Defensa negaron una y otra vez que el “olvido” respondiera al conflicto que enfrenta al Gobierno con algunos sectores de militares retirados, ligados generacionalmente a la dictadura.

Vale tener en cuenta que tanto en el caso de policía como de Fuerzas Armadas, quienes revistan en situación de retiro cobran a través de las cajas jubilatorias de las propias fuerzas, independientes de la Anses. Y que los números de esas cajas distan de mostrar el superávit que acumula la Anses.

El aumento que recibirán unos 80 mil retirados de policía y fuerzas armadas se empezaría a aplicar a partir de enero. Y es inferior al 13 por ciento anunciado por el Gobierno, a partir también de enero próximo, para los jubilados.