El Gobierno aseguró que en los próximos años se construirá una nueva destilería en el país que permitiría cubrir las necesidades de gasoil del mercado interno, hoy insuficientemente abastecidas por la producción local. La inversión necesaria se estimó en 2300 millones de dólares, que en su mayor parte serán aportados por el sector petrolero, afirmaron las autoridades oficiales.

Cristian Folgar, subsecretario de Combustibles, estimó en dos a tres millones de metros cúbicos la oferta adicional que podría aportar la nueva planta al mercado cuando se ponga en marcha. Con ello, quedaría cubierto al menos el déficit actual entre oferta y demanda. La iniciativa fue respaldada por las empresas petroleras que, salvo en el caso de Shell, comprometieron su participación en la inversión.

El anuncio del proyecto se realizó ayer tras una reunión del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, con representantes del sector empresario. Participaron directivos de Repsol YPF, Petrobras, Pan American Energy, Esso y Chevron. La ingeniería de detalle estará a cargo de las mismas empresas, que además comprometieron aportes por un monto aproximado de 1600 millones de dólares, según describió Folgar. Pese a que la iniciativa fue estatal, aseguró que el proyecto estará “liderado por las empresas privadas, quienes también serán las responsables de manejar la operatoria de la refinería”.

Tras aclarar que la empresa Shell “se autoexcluyó” del proyecto, el subsecretario no descartó que la petrolera venezolana Pdvsa se incorpore más adelante, habida cuenta de la “muy buena relación que mantenemos con ellos”.