“Un sistema de seguridad social sólido tiene que tener al menos el 25 por ciento de su gasto consolidado en reservas técnicas. En el caso de la Anses estas reservas técnicas pueden llegar a fin de año a los 15 mil millones de pesos”, afirmó ayer el titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social, Sergio Massa, durante un foro con expertos en sistemas jubilatorios. Sin embargo, el funcionario se preocupó por aclarar que ello no significa que la Anses cuente con esa magnitud de recursos excedentes para financiar futuros aumentos de haberes, ni que parte de ese dinero pueda utilizarse para otros gastos públicos.

Massa disertó en el foro “Reforma de Reformas”, en el que participan funcionarios de la región del área previsional. Allí explicó que, pese a desde el 2004 se otorgaron aumentos de las jubilaciones en diez ocasiones, la Anses logró acumular una gran cantidad de reservas para garantizar la solidez del sistema público. De esas reservas, unos 2000 millones de pesos fueron destinados a la compra de Letras del Tesoro y el resto se invirtió en plazos fijos.

“Esos fondos no son sólo excedente, sino también activos, por los traspasos (al sistema público) que supondría la actual reforma previsional. Significa que técnicamente el sistema se transforma en sustentable a pesar de que venimos de un proceso de mucho deterioro del sistema estatal de seguridad social”, explicaban ayer en la Anses.

Ante la pregunta de si parte de esos fondos podrían destinarse a futuros aumentos jubilatorios, en el organismo responden que en los últimos doce meses ya se aplicaron dos aumentos: uno del 11 por ciento, en septiembre pasado, y otro del 13 por ciento desde enero. A su vez, el Presupuesto 2007 estableció que, además del 13 por ciento de aumento establecido a partir de enero, el Poder Ejecutivo tendrá la facultad de evaluar nuevas subas a lo largo del año. Pero cualquier mejora adicional de los haberes, que la mayoría de los analistas apuesta a que ocurrirá antes de las elecciones, no sería financiada por las “reservas técnicas” de la Anses, sino por el superávit corriente con que cuenta el organismo, gracias a los fuertes aumentos en la recaudación de aportes previsionales.

Dichos ingresos se verían reformados por el masivo traspaso de afiliados de las AFJP al sistema de reparto, aunque hay que tener en cuenta también que el Estado deberá hacer frente a un gasto previsional adicional importante para pagar a 1,2 millón de nuevos jubilados a través de la moratoria previsional.

Durante el seminario, Massa también enfatizó la importancia de que los dirigentes de la región “comprendan la seguridad social como una herramienta de distribución del ingreso”, y que ese entendimiento los lleve a “redefinir” los sistemas vigentes. “El Estado tiene una herramienta para mejorar la calidad de vida de quienes se retiran del mundo del trabajo”, aseguró.