Petrobras anunció ayer que venderá su participación en la empresa que administra y opera la transmisión eléctrica en alta tensión del sistema nacional, Transener, a la firma estatal Enarsa y la privada local Electroingeniería. La operación se acordó por un monto de 54 millones de dólares. La petrolera brasileña informó que transferirá en partes iguales a estas dos empresas el 50 por ciento de las acciones que posee en Citelec, la sociedad que controla el 52,67 por ciento de Transener.

La operación se concretó después de una prolongada controversia, ya que originalmente Petrobras había acordado la venta de ese mismo paquete accionario al fondo de inversión Eton Park. Pero éste fue objetado formalmente por falta de antecedentes en operación eléctrica, aunque la razón de fondo eran las fundadas sospechas de que, detrás de esta “pantalla”, podrían ocultarse los anteriores accionistas principales de Enron, empresa de energía que quebró en medio de un escandaloso fraude. Enron era el anterior socio de Petrobras en Transener (y en otras empresas), pero vendió su parte al grupo local Dol-phin (que encabeza Marcelo Mindlin) cuando, tras su caída en Estados Unidos, debió liquidar sus activos en la Argentina.

La operación entre Petrobras y Eton por el 50 por ciento de Citelec fue rechazada por la Comisión de Defensa de la Competencia, luego de un lapidario informe del ENRE que la descalificó para ingresar en Transener. El fondo estadounidense recurrió a la Justicia. Un fallo de Cámara rechazó la demanda, pero pocos días atrás la firma decidió llevar su causa a la Corte Suprema, alegando que se estaban violando garantías constitucionales al no permitirles participar en igualdad de condiciones con los oferentes locales.

La posibilidad de éxito de Eton Park en la Corte aparece fuertemente relativizada, en tanto y en cuanto debería superar varios escollos antes de ver aceptada su demanda. Entre otros, que el contrato de transferencia de acciones entre Petrobras y Eton Park establecía como fecha límite el 29 de junio de este año para que se concretara la operación; de no ser así, las partes quedaban en libertad de acción para seguir un camino distinto. Esto es lo que ahora dispuso Petrobras, con el contrato anterior vencido.

Electroingeniería, a su vez, es una empresa cordobesa que viene creciendo muy fuertemente en participación en el mercado eléctrico, fundamentalmente en la adjudicación de grandes obras de ingeniería en infraestructura, en las que el Estado nacional apretó el acelerador en los últimos meses. La empresa tuvo a su cargo, entre las obras de magnitud, la construcción del tercer tramo del sistema de transmisión asociado a la central hidroeléctrica de Yacyretá, y actualmente construye las nuevas centrales térmicas que se erigen en Campana (Buenos Aires) y Timbúes (Santa Fe). La empresa cordobesa ya le expresó al ministro de Planificación su interés en participar en el tendido de las líneas de alta tensión que partan de las nuevas centrales.

El acuerdo entre Petrobras y la sociedad Enarsa-Electroingeniería todavía deberá pasar por el filtro de Defensa de la Competencia, aunque se descuenta que encontrará aval en esa instancia. De todos modos, no se descarta que éste pueda ser el terreno en el que Eton Park decida volver a dar combate. Esta historia promete continuar.