La producción de lácteos cayó en junio 13,4 por ciento, acumulando siete meses consecutivos de bajas. Así, según datos del Indec, durante el primer semestre del año, la producción del sector se redujo 8,4 por ciento en relación con igual mes del año pasado. Ante las primeras señales de faltantes, el Gobierno atribuyó la situación a las fuertes lluvias que provocaron graves inundaciones en los principales campos de la cuenca lechera. Pero, según las propias estadísticas oficiales, esta situación se viene observando desde diciembre del año pasado, cuando se verificó una disminución de 2,3 por ciento en la producción. Luego se culpó a las excesivas exportaciones, pero el fenómeno no duró más de dos meses. En enero la caída en la producción de leche fue de 1,1 por ciento, en febrero fue de 3,4 por ciento, en marzo de 6,5 por ciento, en abril 10,3 por ciento y en mayo de 13,8 por ciento. En consecuencia, la caída de junio fue la segunda mayor de esta etapa. A nivel de los consumidores, la menor oferta de lácteo fue notoria en los últimos meses, ya sea en las góndolas de los supermercados como en los comercios minoristas más pequeños. Más aún, el Gobierno autorizó la suba de precios de entre el 5 y el 10 por ciento en quesos y yogures, así como también se ajustaron los precios de las leches larga vida. En cambio, desde la Secretaría de Comercio se intentó mantener congelado el precio de la leche fluida.